La plaza de las Naciones Unidas es uno de los puntos de Recoleta más visitados por turistas y vecinos, sobre todo por su imponente ícono la Floralis Genérica. La escultura de 20 metros donada a la Ciudad de Buenos Aires por su autor, el arquitecto argentino Eduardo Catalano, está realizada en acero inoxidable y aluminio y pesa 18 toneladas y es uno de los atractivos principales de la Ciudad .
Las tareas de puesta en valor del entorno consistieron en la mejora de sus caminos con la incorporación de mobiliario urbano nuevo, conformado por nuevas reposeras, nuevos bancos y mesas, y la innovación a través de la colocación de mapas turísticos y otros elementos que suman al disfrute de quienes visitan este espacio.
Además, se realizó el camino principal hacia la Floralis Genérica con material intertrabado contenido por vigas de hormigón, una rampa de acceso para garantizar la circulación inclusiva y un cantero central con plantas (abelias) para mejorar la apariencia del entorno.
El objetivo de estas mejoras está dado por la importancia de seguir dándole a este espacio tan destacado y visitado por gente de todo el mundo, la jerarquía de ser uno de los sitios de interés más destacados de la Ciudad de Buenos Aires.