¿Por qué el sentido del humor y la risa nos hacen bien?
- Ayuda a sobrellevar mejor el dolor
- Mejora nuestro sistema inmunológico
- Reduce el estrés
- Predispone una actitud positiva
- Aumenta el autoestima
- Mejora las relaciones humanas
Gracias a estos beneficios, se convierte en un elemento esencial para llevar una vida más saludable. La buena noticia, es que el sentido del humor se educa y potencia, por eso te acercamos 10 maneras para mejorarlo y desarrollarlo.
- Más sonrisas: Una sonrisa y una risa no son lo mismo pero se parecen bastante. Asegurate de sonreír lo más que puedas en los momentos de placer cotidiano (por ejemplo, al encontrarte con un amigo o ser querido). Algunos estudios sugieren que cuando se sonríe, incluso si es una sonrisa falsa, la mente registra una mejora en el ánimo.
- Recordá algunos de los momentos más vergonzosos de tu vida: Encontrale su parte graciosa, podés exagerarla, dramatizarla o ridiculizarlas. Cuando enfrentamos nuestras partes más vulnerables se nos abren muchos aspectos humorísticos en nuestra vida.
- Seguí una buena serie de comedia o disfrutá de los grandes clásicos del cine de humor: son geniales dosis que siempre nos pueden venir bien para entrenar nuestro sentido del humor.
- Creá un ambiente de humor: Podes hacerte un blog (o mismo en tus redes sociales) y publicar chistes, memes y videos graciosos que encuentres. También podés verte con amigos con los que te reías mucho y convertir esos encuentros en un buen hábito.
- Tratá de ver con humor aquellos momentos no tan graciosos: podemos encontrar una manera de reírnos con las pequeñas molestias de la vida.
- Intentá llevar al absurdo o ver el lado gracioso de aquellas cosas que te merecen un gran respeto: Cuando rompemos tabúes a través del humor aprendemos a relativizar las cosas, a ser más flexibles y aumentar nuestra apertura mental.
- Experimentá con las bromas: aprendé un chiste y contáselo a alguien. Recordá que la autoestima está relacionada con el sentido del humor, a más autoestima más sentido del humor.
- Desarrollá una rutina tonta para romper un estado de ánimo negativo: podría ser hablar con algún acento (ruso, chino, gallego, etc), imitar al humorista de turno o dedicar unos minutos al día a hacerte el “tonto” o “el payaso” con la familia. Así, nos relajamos e invertimos la dinámica negativa de nuestras emociones, siendo capaces de controlarlas.
- Encontrá un compañero de humor: alguien con quien encontrarse o llamarse sólo para decirle algo divertido, hacerse el tonto o contar chistes. Organizá encuentros con amigos con los que te reís mucho cuando no estés animado.
- Reite de vos mismo: Eso hace que cualquier problema sea menos serio y te predispone a dimensionarlo con mayor optimismo y buscando una solución.