Se trata de una obra de arquitectura moderna, reconocida por sus valores arquitectónicos, históricos, ambientales y contextuales, de los afamados arquitectos Antonio Santana y Aquiles Capablanca (1944-1945), merecedora del Premio Medalla de Oro de Arquitectura (1946), otorgado como la mejor residencia construida en ese año.
Incorporada al Hotel Cuatro Palmas, sufrió un proceso acelerado de deterioro, agravado por la acción agresiva del medio ambiente y la falta de mantenimiento. Teniendo en cuenta su magnífica ubicación, su expresión arquitectónica, y sus espacios interiores se hizo necesaria su intervención con el propósito de crear un producto estrella.
Respetar al máximo la originalidad del inmueble fue la premisa inicial del proyecto, que materializado, logró recuperar una edificación significativa del Movimiento Moderno, devolviéndole belleza, esplendor y valores. Cuenta con piscina, restaurante privado, servicio de mayordomo y solo 10 habitaciones, con la última tecnología para controlar todos los sistemas habitacionales.