El Anfi, un espacio lleno de historia

El Anfiteatro de Parque Centenario es uno de los espacios emblemáticos de la Ciudad vinculados con la música y las artes escénicas en general. Se destaca por apoyar al sector cultural y promover el acceso a la cultura.

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El edificio original se inauguró el 25 de marzo de 1953 bajo el el nombre Anfiteatro “Eva Perón”, siguiendo la idea original de Eva, de realizar en su escenario las temporadas de verano del Teatro Colón, para que su alcance sea masivo. De hecho, la primera función fue la ópera “Aída” de Giuseppe Verdi, la misma que inauguró el Teatro Colón en 1908 y las 10 mil butacas de platea estaban colmadas. 

Desde sus orígenes, se presentaron espectáculos de todos los géneros y para todo el público. En 1959, sufrió un incendio. Hay quienes insinúan que se trató de una secuela de la revolución libertadora para llevar hasta los escombros al gobierno que creó este espacio cultural. Con el advenimiento de la democracia se lo reconstruyó de manera precaria con el esfuerzo de los propios trabajadores. Contaba con un escenario provisorio, para dar lugar a numerosas presentaciones artísticas que volvieron a convocar amplias multitudes en el espacio público, un fenómeno que se extrañaba desde hacía largo tiempo en la sociedad argentina. Esto hacía que el mismo armado previo al show, ya empezará a convocar al público. 

A partir de ese momento comenzó a estar a cargo del llamado Centro de Divulgación Musical, entonces a cargo del maestro Ariel Ramírez, organismo que luego del año 2000 pasó a llamarse Dirección General de Música del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A fin de dotar a este emblemático espacio de la cultura popular de una infraestructura sólida y permanente, y con un fuerte empuje de los propios trabajadores del Gobierno de la Ciudad que prestaban servicio en ese ámbito, el martes 9 de junio de 2009 se re-inauguró el Anfiteatro cuando el Ministerio de Cultura de Buenos Aires invita, a través de la Dirección General de Música, a todos los vecinos y vecinas de la ciudad a participar de un concierto que ofrecerá la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires. Este fue el inicio del nuevo y actual Anfiteatro de Parque Centenario.

El espacio fue acotado y ahora el escenario está de espaldas al bellísimo lago que concentra todas las actividades del parque. Cuenta con capacidad para 1640 espectadores y un escenario de 18 por 12 metros más foso de orquesta de 18 por 5 metros. Posee una parrilla de luces de 9 metros de altura, pantalla de proyección de 17 por 7 metros (front y back) y cabina de sonido e iluminación en el FOH. Además cuenta con comodidades en materia de depósitos, cuatro camarines VIP y dos generales e incluso con un taller bajo el escenario para el personal escenotécnico, dos puentes de maniobra de cada lado y 6 telones con apertura central. Por fuera de lo que es escenografía, en este espacio también conviven las oficinas de administración y técnica; sistema de seguridad contra incendios y baños públicos para mujeres, hombres y discapacitados.

A diferencia del Anfiteatro original, cuyo escenario miraba al lago, y del escenario provisorio instalado a comienzos del período democrático, el actual Anfiteatro es una construcción totalmente integrada al Parque y con toda la tecnología escenotécnica para un gran espectáculo. Su ingreso es por la calle Lillo y su intersección con Leopoldo Marechal.

A 70 años desde su nacimiento, el Anfiteatro de Parque Centenario, cuenta con un balance positivo que refleja el esfuerzo de haber ofrecido de manera continua espectáculos de alto nivel y amplio despliegue con entrada libre y gratuita para vecinos y turistas. Además de ostentar el gran beneficio social que impacta en la comunidad el hecho de brindar la posibilidad del disfrute del hecho artístico, se remarca la versatilidad de ofertas culturales, ya sean privadas u oficiales. 

En cuanto a la oferta de programas oficiales, se han presentado espectáculos el Teatro Colón, con sus cuerpos estables: la Orquesta, el Ballet y el Coro estables, además de la Ópera de Cámara, la Orquesta Académica y el Coro de Niños del Instituto Superior de Arte. En el ámbito nacional se presentan regularmente la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Polifónico, el Ballet Folklórico Nacional, la Banda Nacional de Ciegos, el Coro Nacional de Jóvenes, el Coro Nacional de Niños, la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, entre otros. Naturalmente, allí se presentan también los organismos estables de la Dirección General de Música de la Ciudad: la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires y la Orquesta del Tango de Buenos Aires.

Asimismo, durante las vacaciones de verano y de invierno se realizan espectáculos infantiles y para toda la familia; se han realizado en su oportunidad transmisiones del Campeonato Mundial de Fútbol, y en particular, es una de las sedes de los Festivales de la Ciudad, como el Festival Internacional de Buenos Aires, Buenos Aires Danza, el Festival de Cine Independiente, el Festival de Tango, el Festival de Jazz, entre otros.

En el plano de los emprendimientos privados e independientes, sería imposible enumerar la totalidad de las propuestas que se han presentado en el escenario del Anfiteatro tanto de música, danza, teatro y multiplicidad de manifestaciones artísticas tanto profesionales como vocaciones (talleres del Programa Cultural en Barrios, Promoción Cultural, Colectividades, etcétera).

Cualquier espectáculo en El ANFI es siempre una verdadera fiesta de la cultura, popular e inclusiva, ya que suma al proyecto artístico la relación con la naturaleza. Las personas que habitualmente recorren el Parque Centenario se ven tentadas de participar de las actividades gratuitas y al aire libre. Esto lo vuelve un polo cultural con la música como epicentro, cuya calidad acústica, comodidades y ubicación geográfica lo vuelve un orgullo para los habitantes de la ciudad. 

El Anfiteatro amplía y repotencia hoy sus objetivos originales. Toda vez que apunta a amalgamar las diversas vertientes y estilos de la música y a vincular a sus creadores, intérpretes y productores de manera directa con su público. De este modo, a la dimensión puramente artística de la música se la enriquece mediante su reconocimiento como industria cultural, con su valor agregado social y económico.