Colección Héctor Pezzimenti

Un coleccionista de pura sangre.
De las estampillas postales a las partituras de tango ilustradas.

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Síntesis biográfica.

De cómo un filatelista puede convertirse en coleccionista de partituras de música.

Héctor Pezzimenti nació en 1942. Pasó su infancia en el barrio de Liniers.
Cada vez que se rompía su bicicleta o alguna otra cosa, era uno de sus vecinos, “el gallego”, quien oficiaba las veces de papá, ya que el propio estaba ausente durante largos periodos, según lo demandaba su oficio de marino. Primero, como tripulante de “La Anónima de la Patagonia”, y luego en rutas comerciales en petroleros a Curazao, Perú, Comodoro Rivadavia.
Pero durante los felices momentos en que el papá estaba en su casa, no se le apartaba. Él era también, además de marino, filatelista, y lo veía jugar con lo que para Héctor eran papelitos de colores sobre la mesa del comedor. Cada tanto el niño recibía entusiasmado, de obsequio, alguna estampilla de menor valor. Y a los 8 años, ya era él también filatelista e iba formando su propia colección.

Los viajes en barco eran largos y aburridos. Siempre los mismos tripulantes. Pero el espíritu de coleccionista llegó incluso a su camarote, en que tenía instalada la transmisora, ya que como radiotelegrafista debía enviar los reportes de datos del tiempo. Así, esa misma instalación, conectada a una vitrola, servía para amenizar las largas horas, haciendo sonar una creciente colección de hasta miles de grabaciones de tango y música popular, de 25 cm, y de música clásica de 30 cm, que es el tamaño que se adoptó después para los Long Play, llamados ahora “de vinilo”.

Mientras tanto, en Liniers, continuaba la relación con “el gallego” y su familia. Una de sus hijas, unos 10 años mayor que Héctor, era pianista. Y él también quiso serlo, aunque se sintió frustrado con las lecciones aburridas del solfeo. Pero la pasión por la música estaba también, vinculándose con el coleccionismo.
Además, el niño filatelista seguía recibiendo regalos para su colección de estampillas. Le regalaban sobres, tarjetas postales, etc., para que las despegara. Pero él no se las despega. Guardaba todo.
Empezó entonces a investigar acerca de la historia postal, o sea, la historia del correo: por dónde funcionaba, las postas, cómo corrían, las tarifas. Esto se derivó en la investigación de tarjetas postales, y luego, en la investigación de la fotografía antigua. Ya que las tarjetas postales son, en sí mismas, en un 95%, fotos impresas.
Al fin de la década del 90 creó la Asociación Argentina de Coleccionistas de Tarjetas Postales y Fotografía. La primera y única asociación de ese tipo en argentina.

Bibliografía y página web

Descripción de la colección.

Partituras de tango y música popular

Del matrimonio entre su espíritu coleccionista y el amor despechado por la música, es probable que haya surgido el impulso para construir la importante colección de partituras de tango y música popular. Las valoraba como documento histórico y también por la belleza de las portadas artísticas. Eran pequeñas obras de arte. Las ordenó por temáticas: patrióticas, dedicadas a la novedosa aviación, turf, gauchesco, medicina (algunas caricaturescas). Está deseoso de que algún investigador se entusiasme con los ilustradores de esas hermosas tapas.
Y propone: “sería interesante investigar sobre los ilustradores”.
Cuando se reinauguró el café de Los Angelitos, hizo unas exposiciones en el subsuelo, con las tapas de la colección de partituras, especialmente con las de editorial Breyer en cromolitografías. Ello con el respaldo de Eduardo López, curador y director de la Dirección de Museos de esta ciudad.

La cromolitografía
La litografía fue desarrollada por un tal Scheiffel, alemán, y era la impresión en papel de hasta unos 50 ejemplares, aprovechando la reacción entre la grasa y el agua (tinta), de un dibujo que se hacía en una piedra (lito). Más tarde las planchas se hicieron de cobre, de bronce, de acero, y permitieron cada vez más cantidad de copias de una misma matriz.
Al ser de varios colores, se llaman cromolitografías, con superposiciones de un dibujo por cada color.
No fue posible sino hasta finales de siglo XIX la posibilidad de imprimir fotografías, con un sistema que podría considerarse como el precursor del offset. El offset, está hecho con 3 puntitos de un color cada uno, tipo pixeles, en forma digital.
En cambio, la cromolitografía es continua, analógica.

Revistas

Himchot, un holandés apasionado que tuvo una colección enorme y sacó también una revista bimensual, descubrió una media docena de los autores de esas ilustraciones, que Breyer había contratado, aunque no están sus firmas. Algunas de estar revistan forman parte de la donación a nuestro instituto.

Sellos postales conmemorativos de músicas y músicos argentinos.

De su investigación en la historia postal, obtuvo varios sellos conmemorativos relacionados con música y músicos argentinos: J. J. Castro, Himno Nacional Argentino, y otros. Un comité especializado, decidía el plan de emisiones para el año siguiente, con las fechas que se quisieran conmemorar: el día de la Bandera, el aniversario del fallecimiento de San Martín, una serie entera de Eva Perón, y también, de música y músicos argentinos. De éstos nos ha donado algunos muy valiosos Se ponían a la venta en el Correo Central, y se los matasellaba con el día de emisión. Los coleccionistas iban al correo por miles a comprar esos sellos, los pegaban en un sobre, y los matasellaban.

Historias de la recuperación.

Silvio Killian es la pieza clave de esta recuperación. Silvio tiene un vínculo de amistad por un lado con Lucio Bruno Videla, por su trabajo compartido como bibliotecarios en la Biblioteca del Collegium Musicum de Buenos Aires, y por otro lado con Héctor Pezzimenti, al inscribirse como miembro de la Asociación Argentina de Coleccionistas de Tarjetas Postales y Fotografía, por la pasión común por la tarjeta postal.