En medio de la oscuridad que la pandemia mundial trajo consigo, el artista Eduardo Gualdoni encuentra en los árboles y, a través de su dominio de la disciplina del dibujo, no sólo una fuente de inspiración, sino también un refugio desde el cual abordar temas urgentes como la deforestación, los incendios forestales y la pérdida del hábitat para especies vegetales y animales autóctonas.
El artista ha canalizado sus habilidades excepcionales como dibujante y pintor para capturar la majestuosidad de los árboles en su forma más íntima y poderosa.
Sus obras son un intento de llamado a la acción, una manera de conectar con la naturaleza en su forma más vulnerable y, al mismo tiempo, resiliente. Algunas ramas devienen neuronas, otras venas, símbolos de fortaleza y perseverancia, dando lugar al pensamiento esperanzador. Otras, con la utilización de colores cálidos y nombres que remiten al fuego, se inclinan más hacia la insensatez del humano y sus consecuencias.