
A mediados de la década de 1930, cuando ya era un artista consagrado, Benito Quinquela Martín comenzó a formar una colección de piezas artísticas para legar a su barrio. Pensaba en un acervo que recorriera varias etapas del arte argentino, y que fuera representativo de diferentes regiones del país, para asentar de este modo un sentimiento de pertenencia nacional.
La colección de esculturas que formó para este espacio, que en la actualidad incluye cerca de 250 obras, posee piezas de artistas premiados en los salones nacionales y otras de escultores con menor reconocimiento en el medio artístico. Para todos ellos sin jerarquías dedicó un espacio privilegiado, las terrazas del edificio, con su amplia vista a la ribera del Riachuelo y a la Vuelta de Rocha.
La exposición podrá visitarse a partir del 13 de diciembre y durante todo el verano en la sala Eduardo Sívori.