Lili Barone Kantor. Fina estampa

Exposición temporaria del 15 de marzo al 27 de abril. Sala Eduardo Sívori

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Lili Barone Kantor. Fina estampa

El Museo Benito Quinquela Martín celebra la llegada de la artista italiana Lili Barone Kantor, que cruzó un océano para dar forma a un proyecto de visibilización de su obra que lleva varios años de germinación, con una selección concienzuda de sus más exquisitos grabados.

Volcada plenamente al menester, Lili no adorna sus trabajos ni pretende la transmisión de contenidos que no le son propios. Su apuesta es grande: ¿puede una grabadora sobrevivir en la arena artística contemporánea sin siquiera rozar asuntos políticos, de género o medioambientales? Y si lo logra, ¿puede acaso evitar que la etiqueten con el rótulo del decorativismo? He aquí el gran desafío de su obra: ser lo que es, ofrecerse como estética per se, sin recurrir a ningún tema que esté por fuera de la estricta visualidad. Es una obra destinada al más puro regocijo del ojo que, al mirar, toca y recorre la superficie como siguiendo el pulso de una profunda meditación. 

El tratamiento que Lili proyecta para cada obra está en relación directo con su formato, siempre pequeño para poder dominarlo íntima y detenidamente. El uso exclusivo de tintas negras restringe sus elecciones aún más, y es en ese límite en el que encuentra la libertad creativa. Estos acotados parámetros le permiten controlar el caos del universo y proponer un remanso a través de la imagen. Con un manejo magistral de luz y textura, la artista ofrece un acercamiento pictórico al grabado, incluso al sostener una misma composición y ensayar todas sus posibles variantes sin descanso.
 
En definitiva, lo que los grabados de Lili Barone Kantor nos regalan es un valioso instante de silencio introspectivo, inmaculado… y la oportunidad de encontrar la dicha en la simplificación afectiva de las formas. Nadie más que ella podría asignarle al trabajo de síntesis ese plus de pasión que ejerce un balance perfecto con la moderación imperante en la imagen. Sobrevuelan estas líneas los pensamientos de Johann Winckelmann al describir el arte griego con aquella premisa de “noble simplicidad y serena grandeza” que, en medio de la fugacidad del arte contemporáneo, se viste de una rotunda y arrolladora permanencia.

Yamila Valeiras | Curadora MBQM