La intención es dejarse llevar por el color y con la historia personal de lo que ese color representa para cada sujeto. Gladys Abitante.
A partir del trabajo con los colores primarios, los secundarios y el negro como dominantes de sus obras, la artista emprende un sendero interminable de exploración cromática que abre un mapa de intensa poesía. Una tríada matérica de acrílico, pastel y papel pegado consigue penetrar en las entrañas más subjetivas de la percepción, ofreciendo juegos tan simbólicos como emotivos. (Yamila Valeiras - Curadora MBQM)
Los trabajos de G. Abitante configuran un mapa de color, una suerte de topografía aérea en claves tonales que la artista selecciona para darnos un relato de las sensaciones que propone cada color.
No hay referencias figurativas, se trata de una propuesta cromática que confronta a cada espectador con su historia personal en ese diálogo subjetivo que cada uno de nosotros tenemos en el universo.
El color es el teclado, los ojos las armonías, el alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que toca, tocando una nota u otra, causando vibraciones en el alma. V. K.