Este domingo 23 de mayo, el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires cumple 85 años. Con motivo del aniversario, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño realizó una renovación de la fachada.
Para estos trabajos, que comenzaron el 27 de marzo y finalizaron el pasado 12 de mayo, se utilizaron 310 litros de pintura y se restauraron las rejas que lo rodean a través de un tratamiento especial (decapado) para poner en valor el material original de las mismas (metal).
“Es importante recuperar el esplendor de uno de los grandes símbolos de la Ciudad, por eso realizamos tareas de mantenimiento y pintura en este gran ícono porteño y patrimonio de nuestro paisaje urbano", explicó la ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, Clara Muzzio. A su vez, agregó: "Gracias a los trabajos que venimos haciendo en la Ciudad, tenemos una Avenida 9 de Julio que mejoró la movilidad con el Metrobus, con una iluminación LED que modernizó todo el alumbrado público y un BA Verde que se convirtió en punto obligatorio de vecinos, vecinas y turistas”.
"Es importante recuperar el esplendor de uno de los grandes símbolos de la Ciudad".
(Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana)
Los trabajos se dividieron entre los que se realizaron estrictamente sobre la fachada del Obelisco y los que se realizaron sobre la reja que protege al mismo:
Trabajos sobre la fachada del Obelisco
- Hidrolavado de la estructura: con la utilización de una manguera con agua a presión se realizó la limpieza de la estructura para eliminar todos aquellos residuos presentes (que pueden ser restos de tiza y otros elementos orgánicos e inorgánicos).
- Retiro de vegetación y revoque mal adherido: se retiraron aquellos restos de material que no estaban del todo adheridos a la estructura y de vegetación.
- Pintura de toda la fachada del Obelisco: se realizó una primera mano que incluyó un porcentaje de pintura antigraffiti, un material que protege la superficie de futuras manchas, de fácil lavado y resistente a los cambios de clima. Luego se realizó una segunda mano; en las caras del Obelisco se usó látex acrílico (pintura color Piedra París) y en la totalidad del escudo se aplicó una pintura esmalte. Como tercera y última mano se aplicó una laca a modo de protección en las letras bajo relieve.
Trabajos en las rejas del Obelisco
- En primer lugar se realizó un tratamiento (decapado) para remover el material actual y así llegar al metal puro de las rejas.
- Luego se aplicaron dos manos de convertidor de óxido y dos de esmalte sintético para proteger la estructura de las rejas.
Los trabajos comenzaron el 27 de marzo y finalizaron el pasado 12 de mayo
Los trabajos fueron realizados por la Cámara de Empresarios Pintores y Restauraciones Afines de la República Argentina (CEPRARA), bajo la supervisión del Gobierno de la Ciudad. Es la novena vez que CEPRARA pintó el Obelisco.
El arquitecto Eduardo Rizzo, Presidente de CEPRARA, destacó: “La articulación entre la Cámara y el Gobierno de la Ciudad nos permite llevar adelante de una manera eficiente la puesta en valor de diferentes espacios significativos de la Ciudad. Es nuestra responsabilidad y espíritu participar y asesorar en lo que respecta la protección de superficies a través de trabajos de pintura y afines para garantizar su durabilidad. Esta búsqueda se materializa junto a entidades de Gobierno con quienes venimos alcanzando excelentes resultados. La restauración del Obelisco es una demostración concreta de ello”.
El Obelisco tiene una altura de 67,5 metros y cuenta con una escalera marinera de 206 escalones con siete descansos que lleva a la cúspide
Historia del Obelisco
Creado por Alberto Prebisch, el Obelisco fue inaugurado en 1936, luego de 60 días de trabajo en el que participaron 157 operarios, con motivo de celebrarse los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires.
Se ubica en el lugar donde fue izada por primera vez la bandera nacional en la Ciudad, eemplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio.
Tiene una altura de 67,5 metros y cuenta con única puerta de entrada (mirando hacia la Avenida Corrientes en dirección oeste), detrás de la cual hay una escalera marinera de 206 escalones con siete descansos que lleva a la cúspide, donde se pueden encontrar cuatro ventanas con persianas metálicas a las que se llega por una escalera marinera de 206 escalones con siete descansos cada ocho metros, y uno a 6 metros. Las ventanas son visibles desde la calle, y ofrecen una gran vista de la Plaza República y el resto de la Ciudad.
Originalmente estaba revestido con lajas de piedra blanca calcárea de Córdoba, que en 1939 fueron reemplazadas por revoque, ya que algunas se desprendieron.
Además, fue el escenario principal en la fiesta que inició los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.