Muchas veces la conversación hace visibles soluciones que no estaban a la vista. Junto al Instituto de Formación Política y Gestión Pública y dos expertos en la materia llevamos adelante, el 8 de mayo de 2020, un diálogo sobre las posibilidades y los límites de la conversación como práctica política y social.
Guadalupe Nogués y Bautista Logioco nos contaron sus experiencias en conversar con otros que no piensan igual. Algunos puntos sobresalientes de la charla fueron, por ejemplo, que los seres humanos tenemos algunas trabas para enfrentarnos a una conversación, en particular que cada uno tiene un marco de creencias y usualmente selecciona del mundo aquello que le da evidencia a su propia postura.
También debatimos sobre si razonamos para convencer al otro de nuestra postura y no tanto para un genuino intercambio de ideas en el que todos juntos tratamos de llegar a la verdad, como intuitivamente solemos pensar.
Las herramientas de empatía, pero también de introspección, son fundamentales: no sólo hay que entender al otro, sino nuestros propios sesgos y creencias.
Los oradores remarcaron que es bueno entrar a un proceso de diálogo pensando que vamos a salir modificados/as. No significa que nuestras visiones vayan a cambiar de manera radical, pero sí que vamos a tener un mejor entendimiento de los temores y necesidades de las otras personas. En este contexto en particular, es fundamental trabajar para tener más y mejores conversaciones, desde la honestidad y la rendición de cuentas.
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