La economía clásica o tradicional se basa sobre algunos supuestos fundamentales que dicen que las personas tomamos decisiones de manera racional. Por ejemplo, a más información, se toman mayores y mejores decisiones.
En los últimos años, tanto la psicología cognitiva como la neurociencia nos mostraron que la mayoría de las decisiones que tomamos todos los días suelen ser mucho más emocionales, intuitivas o automáticas de lo que se creía.
El problema que se evidencia, entonces, es que cientos de organizaciones, empresas, productos, servicios y políticas públicas se basan sobre supuestos de la economía más tradicional o clásica, y esto hace que se genere una brecha entre, el diseño de los productos, políticas o servicios y cómo las personas tomamos decisiones.
Te invitamos a que conozcas en profundidad cómo funciona la toma de decisiones, al encuentro del día 3 de agosto a las 15h, en modalidad virtual.
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