¿Cómo funcionan?

Cuentan con ciertas características que las diferencian de los sistemas tradicionales: no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no requieren de intermediarios en las transacciones.

Comparten un registro contable que lleva el nombre de blockchain o cadenas de bloques, y se caracteriza por ser una base de datos descentralizada con la que se controlan las transacciones.

Respecto de su regulación, en la Argentina las criptomonedas no cuentan con el respaldo del Banco Central (BCRA) ni de otras autoridades públicas. Incluso en mayo de 2022, el BCRA prohibió expresamente a las entidades financieras operar con activos digitales, esgrimiendo “su elevada volatilidad, los riesgos asociados a las disrupciones operacionales y a los ciberataques, al lavado de activos/financiamiento del terrorismo, entre otros”.

En función de la operatoria vale considerar que cuando se compran o venden activos digitales es imposible cancelar la operación porque la cadena de bloques (blockchain) es un registro que no permite borrar datos. Para revertir una operación hay que ejecutar la transacción contraria.