El Día Mundial del Trabajador/a, el próximo 1° de mayo, está a la vuelta de la esquina. Es una fecha que obliga a repensar muchos derechos, costumbres y condiciones laborales en todo el mundo y, más aún, en los asentamientos informales.
En el 2015, cuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inicia a trabajar en el Barrio Mugica, el contexto era poco alentador: 68% de los/as adultos/as no habían completado el nivel secundario de educación; no había ninguna escuela pública; existía un 76% de inseguridad laboral; y más de 900 comercios informales. A todo esto, claro está, se le sumaban las problemáticas urbanas y sociales como, por ejemplo, caminar kilómetros para acceder al transporte público o la discriminación que sufren muchísimas personas en búsqueda de trabajo por el hecho de vivir en un barrio popular.
Desde que el Gobierno de la Ciudad inició el Proyecto de Integración y Urbanización a fines de 2015, busca que sea, ante todo, sostenible en el tiempo. La integración económica al resto de la ciudad es un paso obligado que plantea una serie de estrategias políticas a largo plazo, capaces de eliminar el comercio endógeno propio del barrio para convertirlo en un circuito comercial más de la Ciudad.
Desde entonces, se puso en marcha un plan integral que atacaba aquellas problemáticas urbanas y sociales; y que, a su vez, buscaba potenciar las capacidades económicas de los habitantes del barrio. Hasta el día de hoy todas éstas políticas siguen vigentes, más aún, están en constante expansión porque no hay mejor política social que la del trabajo.
El primer desafío fue el de la formalización de la Feria del Barrio. Uno de los principales focos de actividad económica fue remodelado y organizado, de forma tal que más de los 300 feriantes tengan su permiso habilitado, un puesto formal y estén inscriptos al monotributo.
Seguidamente, a principios del 2017, empezaron las actividades en el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (CeDEL) que nuclea desde búsquedas laborales hasta capacitaciones, cursos y talleres que cubren un gran abanico de ofertas: coaching, marketing, simulacro de entrevistas, correcciones de CVs y de distintos oficios. Gracias a todo este trabajo hoy en día 1 de cada 3 de los/as vecinos/as del barrio pasaron por el CeDEL; más de 1.500 emprendedores son asesorados; y más de 1.400 personas consiguieron su primer trabajo en blanco.
Último, pero no menos importante, es la articulación público - privada porque no hay institución que pueda enfrentar los complejos desafíos que la informalidad implica, trabajando sola. Desde el principio también se busca fortalecer estos vínculos, lo que hoy en día permite que existan más de 250 empresas que apoyan este proyecto de distintas formas: radicandose en el barrio, brindado capacitaciones a emprendedores o comerciantes del barrio, formando parte de la bolsa de empleo del CeDEL, contratando servicios, brindado un empleo formal a trabajadores/as del Barrio Mugica.