Marzo 2022

Columnas de opinión del Procurador General

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Despolitizar la Justicia para hacerla más independiente y eficaz

A fines del año pasado la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó un trascendente fallo declarando la inconstitucionalidad de varios artículos de una ley sancionada en el año 2006 que había alterado el equilibrio en el funcionamiento del Consejo de la Magistratura. Recordemos de qué se trata la cuestión. En la última reforma constitucional de 1994 se creó el mentado Consejo de la Magistratura con la finalidad precisamente de disminuir la influencia de la política partidaria en los procesos de selección y remoción de los jueces.

La regulación de la cuestión quedó supeditada al Congreso de la Nación que tiempo después sancionó una ley procurando respetar un razonable equilibrio en la representación entre los estamentos políticos con los de los jueces, abogados y académicos. Pero, como decíamos, dicha norma inicial fue luego modificada en 2006 con un criterio sesgado y parcial que permitió una indebida y permeable influencia de la política partidaria en la actividad del Consejo.

En su reciente sentencia la Corte Suprema puso término a esta anomalía concluyendo que el sector político tenía en rigor una hegemonía o predominio sobre los tres estamentos técnicos en transgresión al exigido equilibrio constitucional, pudiendo adoptar por sí solo decisiones relacionadas con el nombramiento y remoción de magistrados.

En la parte resolutiva del fallo el voto de la mayoría decidió exhortar al Congreso para que en un plazo razonable sancione una ley que organice el Consejo, ordenando a este último a que en un período máximo de 120 días corridos, contados desde la notificación, disponga lo necesario para la integración del órgano en los términos de la ley vigente anterior al año 2006. El Más Alto Tribunal señaló además que si transcurrido dicho plazo no se hubiese producido la integración mencionada los actos dictados por el Consejo a partir de dicha fecha serían nulos.

Sin perjuicio de lo que finalmente termine realizando o no el Poder Legislativo, hasta ahora los miembros del Consejo están llevando adelante los actos necesarios para alcanzar una nueva integración conforme lo ordenado por la Corte Suprema. Así es que los tres estamentos se disponen a elegir nuevos representantes (en el caso de los abogados se realizaran elecciones el próximo día 5 de abril).

Sabemos también que el tema está siendo debatido y analizado en el Congreso, con diferentes propuestas. Una de ellas, nacida en el ámbito de la sociedad civil, fue presentada en el Senado de la Nación, y tiene por finalidad no tan solo garantizar un adecuado equilibrio entre los diferentes estamentos, sino que procura además brindar al Consejo de la Magistratura los instrumentos necesarios para asegurar una mayor eficacia en el cumplimiento de sus finalidades.

Así, para mejorar la productividad del cuerpo, se propone que los miembros del Consejo tengan dedicación exclusiva ; también la implementación de una auditoría de gestión en los distintos fueros del Poder Judicial para contar con información pública sobre los tiempos en que se tramitan los procesos judiciales; y, finalmente, contar con un programa de gestión y transformación digital que ayude a simplificar los sistemas, abreviar los plazos y trámites y asegurar una mayor transparencia de los procesos.

Entendemos que esta propuesta ofrece novedosos y valiosos elementos que pueden enriquecer el debate en una cuestión tan vital como trascendente para nuestra vida institucional. Se trata, en definitiva, de garantizar del mejor modo posible una auténtica despolitización del Consejo de la Magistratura (y por ende, del servicio de Justicia) procurando concretar el desarrollo y funcionamiento de un Poder Judicial verdaderamente independiente y eficaz.

Tenemos la convicción de que el logro de este objetivo constituye una de las bases y condiciones necesarias e indispensables para construir el país que soñamos. No podemos renunciar a ello ni caer en la desesperanza de que se trata de un resultado inalcanzable. Por el contrario, debemos seguir aportando nuestros mejores empeños en alcanzar esta meta decisiva para el futuro de nuestra República.