Formación de primeros respondedores barriales

Trabajamos en los barrios vulnerables formando equipos de primeros respondedores, aumentando la capacidad de los vecinos para dar una respuesta rápida ante distintas emergencias.

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Nadie conoce mejor las características de cada barrio que sus propios habitantes.

  • Bajo esa premisa se enmarca el programa de Primeros Respondedores Barriales en Emergencias que conjuga el trabajo en terreno con los vecinos y vecinas del barrio, las cuadrillas de limpieza y mantenimiento y representantes de distintas instituciones.

    ¿En qué consiste?

  • El programa articula una serie de intervenciones (reuniones, encuentros de capacitación, relevamientos, etc.) para dar un tratamiento integral a la problemática de la gestión de las emergencias en los barrios vulnerables.


     

  • Para llevarlo adelante, se prioriza el trabajo comunitario promoviendo la participación activa y solidaria de los vecinos y vecinas y la interacción con otros organismos que ya se encuentran trabajando en cada zona.

  • Se busca preparar a la comunidad para evitar la ocurrencia de incidentes o reduciendo los riesgos asociados a ellos procurando aumentar las capacidades para dar una respuesta rápida y apropiada.

  • Con este fin, se trabaja en la capacitación, convocatoria y conformación de grupos de vecinos preparados para brindar una primera respuesta ante emergencias.

  • Estos primeros respondedores, que se postulan y cumplen sus tareas voluntariamente, funcionan también como intermediarios y representantes de los barrios ante los organismos de respuesta a emergencias.

  • La tarea se lleva adelante en varias etapas, buscando arribar a la constitución de un plan que permita responder a las distintas emergencias que puedan surgir, atendiendo a las particularidades de cada zona.

  • Estas acciones proactivas permiten minimizar o evitar situaciones de riesgo en los vecinos.

    ¿De qué manera se llevan adelante las capacitaciones?

  • Los encuentros se realizan en instituciones en el propio barrio, comedores, iglesias, centros culturales, o en lugares comunes de los complejos para facilitar la participación de los vecinos.

  • En primer lugar, se trabaja en la concientización, destacando la importancia de la percepción del riesgo y la detección temprana de situaciones que pueden derivar en incidentes.

  • Identificar riesgos en la propia casa, resulta tan importante como el papel de los participantes en tanto multiplicadores de estos saberes.

  • Para el cuidado del espacio colectivo es vital comprometer en la tarea a las cuadrillas de mantenimiento y limpieza, que recorren el barrio en forma permanente.

  • Resulta de mucha utilidad también los relevamientos que se puedan realizar, ya que aportan información sobre la situación real y actual del barrio, estado de los pasillos, conexiones a servicios, corredores posibles para los vehículos de emergencia, etc.

  • Sobre esta base de amenazas conocidas se comienza a capacitar a los vecinos y vecinas en cómo prevenir incidentes y cómo actuar ante una emergencia para minimizar sus consecuencias.

Esta primera respuesta incluye desde saber a qué número llamar y qué datos brindar hasta nociones básicas de primeros auxilios y RCP o el uso de extintores, riesgo eléctrico, entre otras.

  • Los vecinos aprenden cómo actuar ante los pequeños incidentes domésticos, y también en otros de afectación más general como las inundaciones.

  • A medida que se avanza en el trabajo comunitario y se forman los equipos de primeros respondedores, se procura coordinar capacitaciones más específicas de acuerdo a las demandas que puedan surgir en los vecinos.

  • Se trabaja también en la articulación de una primera respuesta local con la respuesta del sistema de emergencias, facilitando vías de comunicación directa, puntos de encuentro seguros, referencias posibles para los móviles, ambulancias, etc.


     

  • Una vez conformados los grupos de primeros respondedores, se les hace entrega de un kit de emergencia para facilitar la respuesta inmediata a incidentes que surjan en el barrio hasta el arribo de los servicios de emergencia.

A lo largo de todo este proceso se procura fortalecer los lazos comunitarios entre los grupos comprometidos para que el trabajo en red sea el que nos sostenga a la hora de gestionar los distintos riesgos.