Viernes 24 de Junio de 2022

Se estrenó "Las manos sucias" en el Teatro San Martín

La obra se presenta de miércoles a domingos a las 20 horas, en la Sala Casacuberta. Daniel Hendler encabeza el elenco.

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El Ministerio de Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, estrenó en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530) Las manos sucias de Jean-Paul Sartre, con adaptación y dirección de Eva Halac.

El elenco está integrado por Daniel Hendler, Florencia Torrente, Guido Botto Fiora, María Zubiri, Ariel Pérez de María, Guillermo Aragonés, Nelson Rueda, Juan Pablo Galimberti y Ramiro Delgado.

Daniel Hendler y Florencia Torrente encabezan el elenco.

FOTO DE GUSTAVO GAVOTTI/COMPLEJO TEATRAL

  • Duración: 110 minutos
  • Funciones: de miércoles a domingos a las 20 horas.
  • Hasta el domingo 4 de septiembre.
  • Platea $ 1.050. Miércoles $ 550

FOTO DE GUSTAVO GAVOTTI/COMPLEJO TEATRAL

En un país imaginario se abre una grieta ideológica dentro de un mismo partido. Un joven se presenta como secretario del líder político. Ha sido enviado por una facción contraria con la secreta misión de eliminarlo.

Son tiempos de la Segunda Guerra Mundial, de objetivos claros y precisos. Pero las certezas que conducen a la acción se revelan inestables. La realidad parece impostada como en el teatro, y el joven que debe cumplir la misión siente al caminar, los pasos falsos.

Borges escribió que nuestro destino no es espantoso por irreal, sino por irreversible. La posibilidad de estar representando un rol, de ser otro, nos concede la ilusión de haberlo inventado. Para Sartre, es la ilusión de ser libres.

Las manos sucias se estrenó en París en 1948. Dios ya se había muerto en el siglo anterior, pero a la luz de los crímenes de la guerra, del nazismo, y de los gulags soviéticos, también se desmoronaba la Cultura como garante de humanidad.

FOTO DE GUSTAVO GAVOTTI/COMPLEJO TEATRAL

En ese desierto ético, y a pocos años del asesinato de Trotsky, Las manos sucias se interpretó como una denuncia del stalinismo. El autor dijo que había sido un gran malentendido, a partir del cual sometió las representaciones de su texto a la aprobación del Partido Comunista para su estreno en cada país.

Más allá de la anécdota, lo cierto es que la obra encendió el debate con relación al dilema de si el fin justifica los medios, de la responsabilidad individual, de las diferencias entre las ideas y la praxis, de las fantasías heroicas y de las verdades de la real politik.

FOTO DE GUSTAVO GAVOTTI/COMPLEJO TEATRAL