Prilidiano Pueyrredón fue un importante artista argentino, hijo del Director Supremo de las Provincias Unidas Juan Martín de Pueyrredón, que se formó como artista en Francia y en España. En su primera vuelta al país, luego de un período de exilio de su padre, pintó el célebre retrato de Manuelita Rosas, en 1851. Finalmente, en 1854, en su regreso definitivo al territorio argentino realizó una gran cantidad de retratos de la sociedad porteña, obras costumbristas y **paisajes rurales//, entre otras muchas obras.
Sin embargo, en uno de los temas en los que más se destacó su pintura fue en las escenas campestres. En esas obras, Pueyrredón logró, como pocos, definir el espacio característico de la pampa, transmitiendo la esencia de esas grandes extensiones de planicie. Para ello, se valió de un cambio en el formato de sus obras, abandonando la forma cuadrada por la rectangular en la que predomina la horizontalidad, para crear esa sensación de inmensidad, que le permite enfatizar los cielos inmensamente azules e inconfundiblemente australes.
Ese es el caso de esta obra del museo, que lleva el título de Tormenta en la pampa. En esta y en otras obras de la misma temática recurrió a un mismo esquema compositivo: un punto de vista alto que origina un horizonte bajo y permite el desarrollo de una visión panorámica, subrayando la horizontalidad. Esta disposición, donde el cielo ocupa la posición mayor en la tela, comunica con efectividad la inconmensurable dimensión pampeana.
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