Gregorio Funes, más conocido como el Deán Funes, nació curiosamente un 25 de mayo del año 1749, en el seno de una familia acomodada de Córdoba. Estudió en el Colegio de Monserrat. Se ordenó sacerdote en 1773 y posteriormente fue designado director del seminario. Por un conflicto entre el obispado y la catedral a raíz del reparto de los bienes de los jesuitas expulsados, fue trasladado como cura a una parroquia de Punilla. Posteriormente viajó a España, donde se doctoró en derecho canónico en Alcalá de Henares en 1779 y conoció las ideas de la Ilustración, a las que adhirió fervorosamente.
En su retorno a Córdoba acompañó al nuevo obispo José Antonio de San Alberto y fue nombrado canónigo de la Catedral. En 1804 fue ascendido a deán, revelando su talento de orador. Desde 1807 fue rector de la Universidad y del Colegio de Monserrat en los que demostró su dinamismo reformador, creando nuevas cátedras y redactando un nuevo plan de estudios. En 1809 de viaje por Buenos Aires, se enteró por intermedio de Manuel Belgrano y Juan José Castelli de los planes de los grupos revolucionarios a los que adhirió. Funes logró reunir el Cabildo y hacer que reconociera la autoridad de la Primera Junta. Poco después fue elegido diputado por su ciudad, siendo quien más presionó para que los diputados del interior se incorporasen a la Junta de inmediato, lo que se logró en diciembre de 1810. Apoyó la política del presidente de la misma, Cornelio de Saavedra, contraria al grupo que seguía a Mariano Moreno. Una vez incorporado a la Junta, fue continuamente consultado y redactó la mayor parte de las proclamas, cartas y manifiestos. Después de la revolución de abril de 1811 dirigió la Gazeta de Buenos Aires, el periódico oficial del gobierno. Fue, además, un decidido defensor de la libertad de imprenta. Quería lograr la independencia formal y real cuanto antes.
Al disolverse la Junta Grande fue acusado y arrestado por promover el llamado “motín de las trenzas”, rebelión de soldados del Regimiento de Patricios. Liberado en 1812 regresó a Córdoba donde escribió: Ensayo de Historia Civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán. Intervino en la redacción de la Constitución unitaria de 1819. Fue uno de los gestores del Tratado del Pilar y en 1826 se incorporó como diputado por Córdoba en el Congreso General de 1824. Falleció en Buenos Aires en enero de 1829. Sus restos descansan en la Catedral de Córdoba.
Sarmiento evocó al famoso Deán Funes: “Muchos hilos de la trama, si no todos, pasaban por Córdoba bajo la mano suave y entendida del doctor y deán. Su fama de sabiduría, su influencia en el Clero, sus relaciones con todos los hombres distinguidos de ambos virreinatos, la reunión misma de tantos alumnos de los varios países, hacían del célebre deán el centro natural de todos los movimientos preparatorios de la Revolución de la Independencia”.
Fuentes: Piccirilli, Ricardo; Romay, Francisco L.; Gianello, Leoncio. Diccionario Histórico Argentino. Buenos Aires: Ediciones Históricas Argentinas, 1954. Tomo III D-F. Galvez, Lucía. ¿Cómo Dios manda? Iglesia, Masonería y Estado en la Argentina. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, 2006.