Según Unicef, el “bullying” es una forma de violencia entre dos personas (estudiantes) en el ambiente educativo. Es una forma de discriminación de unos estudiantes hacia otro u otros por sus características o su forma de ser: orientación sexual, identidad de género, nacionalidad, situación migratoria, etnia, sexo, condición socioeconómica, condición de salud, discapacidad, creencias religiosas, opiniones, prácticas basadas en estigmas sociales, embarazo, entre otras.
El bullying afecta a toda la comunidad, tiene consecuencias negativas en el bienestar, el desarrollo y el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Para hacer frente a esta problemática es muy importante saber detectar las señales. Si los niños están desanimados, tristes, con miedo y les cuesta ir al colegio, puede que estén siendo víctimas del acoso.
Siempre es bueno abrirse a la escucha y conversación. El respeto es el primer paso para abordar estas situaciones y colaborar en su solución. Y ante cualquier caso tomar medidas preventivas inmediatas, recurrir a las instituciones.
Desde la Dirección General de Desarrollo Familiar se llevan a cabo diferentes espacios para las familias de la Ciudad con el fin de concientizar, alertar sobre conductas de acoso y prevenir este tipo de situaciones.