Pertenece a la familia de las leguminosas; el nombre del género procede del griego akakia, derivado de ake o akis, punta, espina, término ya utilizado por Dioscórides, que hace referencia a espinas; dealbata por el color grisáceo del follaje. Es una especie endémica de Nueva Gales del Sur y naturalizado en el sureste, sur y suroeste de Australia. Admite numeroso nombres vulgares según el sitio de cultivo: mimosa, acacia, aromo francés, aromo, silver wattle.
Es un árbol mediano, de 5 a 7 m de altura en cultivo, con copa cónica o redondeada y tronco con la corteza de color gris oscuro o castaño, lisa cuando joven y fisurada con el paso del tiempo; sin espinas. Follaje perenne de hojas bipinnadas, alternas, poseen de 5 a 15 pares de pinnas con 15-35 pares de foliolulos lineares, de color verde grisáceo a azulado, bien separados unos de otros, glabros o con algunos pelos espaciados. Hacia fines del invierno, su copa se cubre de inflorescencias en forma de racimos o panículas densas, axilares o terminales, tan largas como las hojas, con 20-32 flores muy perfumadas, como pequeños pompones, de color amarillo brillante, con numerosos estambres. Legumbre oblonga, de color castaño oscuro, glabra, con los márgenes engrosados y ligeramente constreñidos entre las semillas, que son negras, elipsoides, dispuestas en el fruto de forma longitudinal.
En su lugar de origen el árbol tiene cierta importancia por la producción de taninos de su corteza y por la madera, que sirve de combustible y se ha utilizado en la fabricación de postes, vallas y tableros. La pulpa de la madera también se ha utilizado en la fabricación de papel, y el árbol produce una resina que se utiliza como goma. Cultivado con fines ornamentales por su belleza, y también comercializado para flor de corte, es un árbol que prospera en climas suaves, aunque resiste moderadamente el frío, terrenos medianamente profundos y que drenen bien, una exposición soleada y riegos en las primeras fases de su vida, pues más adelante resistirá de forma moderada la sequía. Es una planta muy rústica, capaz de rebrotar después de los incendios. Tiene un crecimiento rápido y una vida bastante corta, pues a los 10-15 años comienza a declinar.
En algunas regiones del mundo se analiza su comportamiento como invasora en ecosistemas naturales y semi-naturales, pues escapa de cultivo y en áreas disturbadas compite con la flora nativa en la ocupación del hábitat. La difusión parece estar relacionada con la interferencia humana en situaciones de alteración del suelo o incendios graves. Los atributos biológicos que favorecen la invasión de A. dealbata incluyen su capacidad de tomar ventaja de la perturbación ambiental, la plasticidad fenotípica, la reproducción vegetativa, la tolerancia al fuego y el potencial alelopático.
Durante este mes de julio ya puede apreciarse su magnífica floración en el área cercana a la fuente de La Primavera.