Lejos de los mitos y silencios que circulan alrededor de la adopción, sus tiempos y posibilidades, el Consejo ofrece información transparente y clarificadora sobre esta importantísima institución. Una que garantiza nada más ni nada menos que el derecho de niños, niñas y adolescentes a crecer en familia, con los cuidados y el cariño tan importantes para su desarrollo.
Por ejemplo: mucho se dice acerca de los tiempos que separan el deseo de ahijar del momento en que se conquista una guarda adoptiva. Pero, ¿Qué edades y qué situaciones están dispuestos a ahijar los adultos? ¿Qué ocurre cuando la realidad no coincide con el estereotipo predominante de la familia?
En el anuario, profesionales dedicados al trabajo con infancias y el público en general pueden acceder a información segura de cuántas guardas adoptivas se procesan por año, cuántos adultos inscriptos hay en el registro y quiénes son los niños que esperan una familia. Esta información valiosa permite apreciar una realidad en la que muchos de los chicos y chicas en situación de adoptabilidad no están solos, sino que conforman grupos de hermanos y desean permanecer juntos. También nos obliga a los adultos a ver que sólo algunos pocos son bebés.
En un momento donde circulan debates acerca del deseo de personas adultas de ser madres o padres y sobre los medios disponibles y éticos para realizar ese deseo, el Consejo propone un cambio de perspectiva. Como señala su Presidente, Isabella Karina Leguizamón: “Desde el Consejo hacemos valer el derecho de los niños a crecer en familia, a un hogar lleno de cuidados y amor. Por eso, invitamos a la sociedad a pensar la adopción desde sus derechos y no desde los estereotipos de los adultos”.
Por ejemplo, en el anuario podemos observar que casi un 40% de los postulantes deciden ahijar sin conformar una pareja. De hecho, las parejas heterosexuales ocupan sólo un 50% de los legajos admitidos.
En cuanto a su disponibilidad adoptiva, más de la mitad de los postulantes rechaza grupos de hermanos y sólo un 5% de los adoptantes está dispuesto a ahijar niños de 11 años o más. Como contrapartida, el 30% de los niños que esperan una familia superan esa edad.
Sólo un 2,7% de los postulantes aceptaría adoptar niños con discapacidades.
Estas disparidades explican el doloroso número del 27% de niños, niñas y adolescentes para quienes no se han encontrado adultos postulantes con voluntad de adoptar.
“Si queremos seguir evolucionando como sociedad hacia un país donde todos los niños y las niñas disfruten de sus derechos, debemos continuar desmitificando la vía de la adopción, y también la familia misma. Hoy las nuevas generaciones nos muestran que existen tantos caminos posibles como personas en este mundo”, reflexiona Leguizamón.
Y concluye: “No hay una manera única ni mejor de ser mamá o papá, pero sí hay una única cualidad que define a una familia: el amor. No veo mejor manera de describir a la adopción”.
Podés acceder al Anuario 2022 aquí