Pertenece a la familia de las Bromeliaceae. El epíteto balansae rinde honor al botánico y explorador francés Benedict Balansa (1825 - 1891).
Originaria de Sudamérica tropical (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay) en nuestro país habita las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Formosa y Misiones. Toma diferentes nombres comunes: caraguatá, karaguatá, karawatá, bananinha-do-mato en Brasil, heart of flame en inglés por el color central que toma antes de florecer.
Es una especie herbácea terrestre, monocárpica (fructifica una sola vez y luego muere), con una roseta formada por hojas lineales, rígidas, verde glauco el envés y márgenes muy aserrados, con espinas recurvas y una terminal muy aguda.
Antes de la floración, las hojas centrales de la roseta toman un color rojo profundo. La inflorescencia, cubierta de un denso tomento blanco, también posee brácteas rojizas. Las flores son tubulares, violetas y aparecen entre esa masa algodonosa del escapo floral durante el verano; atraen colibríes. Los frutos primero son de color verde claro, tornándose amarillos al madurar; son comestibles.
Puede multiplicarse por semillas o por los robustos estolones que produce. Posee propiedades ornamentales valiosas por la belleza de su floración, aunque es poco utilizada por la agresividad de sus espinas. Crece en suelos someros, bien drenados, es resistente a la sequía. Ideal para xerojardinería.
Las comunidades originales del gran Chaco utilizan la fibra de los estolones para hacer sogas, las foliares como hilos para pescar y tejer, para crear canastos y objetos artesanales. La pulpa y el jugo de sus hojas también es utilizada en la medicina tradicional: en Brasil, los frutos son usados bajo la forma de jarabe para la tos.
En el jardín puede vérsela en el área de monocotiledóneas, cercano a los bambúes, en plena floración.