El nombre genérico fue dedicado por Charles Plumier al botánico, médico, humanista y teólogo alemán Otto Brunfels, considerado por Carlos Linneo como uno de los "Padres de la Botánica". Su nombre común -jazmín del Paraguay- alude a uno de sus países de origen; también se lo conoce en Brasil como manacá de cheiro (manacá significa olor, por la fragancia de sus flores).
En Argentina crece en el interior de la selva y el bosque de las provincias paranaense (Misiones y Corrientes) y chaqueña (Chaco, Córdoba, Formosa y Santa Fe). En las antiguas culturas indígenas, en la Amazonia colombiana, ecuatoriana y peruana, era considerada alucinógena, aunque no se usaba sola sino mezclada con otros vegetales. Contiene escopoletina (una cumarina que se encuentran en la raíz de varios géneros botánicos).
Pertenece a la familia de las Solanaceae. Es un arbusto de copa densa, con abundante ramificación, de ramas algo arqueadas; follaje permanente formado por hojas ovaladas, color verde brillante. Inflorescencias fragantes, con flores agrupadas en racimos paucifloros (ralos); constan de un tubo que se abre en una corola plana de dos o tres cm de diámetro, con la particularidad de cambiar de color a medida que envejecen: abren color violeta, cambian al lila y terminan en blanco, lo que brinda a la planta un aspecto peculiar que hace que también se lo conozca como “ayer hoy y mañana” o “yesterday, today, and tomorrow”. Si bien las flores no son duraderas, la floración es abundante y prolongada. Produce frutos carnosos pequeños con semillas arriñonadas.
Es de rápido crecimiento, se desarrolla muy bien en climas templado cálido, con excelente floración aun a la sombra. Requiere suelos levemente ácidos. Fácil de reproducir por gajos. Todas las especies de este género son tóxicas, por lo cual debe tomarse precaución en jardines con niños.
En el jardín se encuentran varios ejemplares que anuncian su presencia metros antes con su fragancia de notas dulces y vibrantes.