El Centro Cultural Recoleta ocupa una de las construcciones más antiguas de Buenos Aires. En su arquitectura encontramos muestras de conservación, refuncionalización y diseño contemporáneo.
Fundada en tiempos coloniales, formó parte de un extenso solar cuya unidad original se modificó por el desarrollo de diversos establecimientos. El comitente Juan de Narbona inició las obras con una pequeña capilla, cuatro celdas monásticas y un obrador. En 1716 doña Gregoria Herrero de Hurtado dona estos terrenos, o Chacra de los Ombúes, a la Orden de la Santa Recolección de la estrecha observancia del Señor San Francisco.
El franciscano Andrés Blanqui, activo en nuestro país entre 1717 y 1740, diseña la fachada de la Iglesia y parte del claustro. Luego de 15 años de construcción, la inauguración de la Iglesia y el Convento se realiza el 12 de Octubre de 1732, día de la Virgen del Pilar. Esta advocación fue elegida por Narbona, que era oriundo de Zaragoza y devoto de la Pilarica.
Hasta comenzado el siglo XIX, la vida en el monasterio franciscano se desarrolló sin interrupciones. En 1815 el padre Francisco de Paula Castañeda habilitó, en este claustro, una Academia de Dibujo a la que asistieron 18 alumnos. Tiempo después, la entidad fue trasladada al Consulado de Buenos Aires.
En 1822 el Decreto de Reforma Eclesiástica del Gobernador de Buenos Aires, General Martín Rodríguez y su ministro Bernardino Rivadavia, determina la exclaustración del Convento. Durante ese año se inaugura, sobre la antigua huerta de los Recoletos, el primer cementerio público católico de la ciudad de Buenos Aires. Expropiado el edificio del convento, el complejo fue utilizado como escuela de agricultura, jardín botánico, prisión y cuartel. Durante el segundo mandato del Gobernador Juan José Viamonte se funda, en un sector del ex – convento, el Asilo de Mendigos (1833).
A partir de 1880, el ingeniero Juan A. Buschiazzo realiza una refuncionalización total del edificio convirtiendo al hogar de ancianos en una obra modelo de los paradigmas higienistas del siglo XIX. Este predio y sus alrededores fueron objeto privilegiado del plan de reformas urbanas de Torcuato de Alvear, el primer intendente de Buenos Aires.
En 1948 este edificio fue declarado monumento histórico nacional a fin de promover su conservación. Hasta 1978 en sus instalaciones permaneció el asilo de ancianos Hogar Viamonte.
Como parte de los festejos del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Buenos Aires la municipalidad dispone en 1979 la transferencia de este edificio a la Secretaría de Cultura. Ese mismo año se designa a los arquitectos Jacques Bedel, Luis F. Benedit y Clorindo Testa para remodelar la construcción destinada a convertirse en un complejo museológico.
En diciembre de 1980 es inaugurado bajo el nombre de Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. Denominación que fue modificada en 1990 por la actual, Centro Cultural Recoleta.
Durante la década del 90, se inaugura, tras la antigua fachada de Azcuénaga y Pueyrredón, el Buenos Aires Design Center. El diseño de esta construcción, en su mayor parte subterránea, fue liderado por Clorindo Testa junto a los arquitectos Giselle Graci y Juan Genoud.
En medio de una intensa actividad cultural, la construcción y restauración del complejo fue desplegándose en diversas etapas que se extienden hasta la actualidad. Durante los festejos de los 30 años del Centro Cultural, en diciembre de 2010, se desarrolla la puesta en valor y reapertura del Auditorio El Aleph.
Inaugurado como capilla del Asilo en 1885, cien años más tarde fue reacondicionado para abrir sus puertas como sala de espectáculos. Actualmente se desarrolla un plan de restauración de las cubiertas y la decoración interior de la cúpula de esta capilla. Este recinto conserva su estilo neo gótico original y un mural firmado y fechado por Francisco Paolo Parisi en 1906.