Poco a poco los parques y plazas de la ciudad recuperan su movimiento y sus sonidos característicos. Es que, la Ciudad comenzó a flexibilizar el aislamiento social preventivo y obligatorio decretado el 20 de marzo pasado por la aparición del coronavirus y los espacios verdes empezaron abrir en forma escalonada y con ciertas recomendaciones sanitarias.
Así, desde este lunes 27 de julio los parques, plazas y plazoletas- que son más de 900- están accesibles los 7 días de la semana en el mismo horario de 10 a 18. Asimismo, también se ampliaron las salidas recreativas con chicos, que ahora son diarias.
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Tal como el Gobierno porteño comunicó hace días para el inicio de la primera etapa, el protocolo permite el acceso de los más pequeños a los parques con bicicleta, monopatín, patines y otros rodados que permitan la movilidad y disfrute de esos espacios pero los patios de juegos, las postas aeróbicas, las mesas de ping pong y las canchas o playones para hacer deportes estarán habilitados recién en la cuarta etapa.
En tanto sigue vigente la necesidad de evitar los grandes desplazamientos de una comuna a otra, las familias deberán asistir a los parques y plazas más próximos a sus domicilios teniendo en cuenta que están habilitados los recorridos que no superen los 500 metros, es decir, las cinco cuadras de distancia.
“Invierno, verano, llueva o truene hay que salir. Estar acá es un paraíso. Antes que estar en la calle, en el cemento, acá por lo menos respirás”, expresó una joven vecina de Recoleta, que disfrutaba de la plaza Vicente López y Planes.
Tras la puesta en vigencia de las nuevas medidas, la Subsecretaría de Gestión Comunal realizó un breve recorrido por los espacios habilitados y conversó con algunos vecinos. Todos los consultados recibieron con alegría la posibilidad de poder aprovechar la naturaleza y coincidieron en que aún es necesario hacerlo con precauciones para evitar la propagación del virus, que aún circula no sólo en Buenos Aires sino, en casi todo el mundo. “Yo vine a esta plaza de chico y él viene desde que nació –dijo un vecino de la Plaza Rodríguez Peña, señalando a su hijo- y es nuestra plaza. Entendemos la situación y está genial que se abra pero hay que respetar y tener paciencia”.