Martes 02 de Febrero de 2016

Cuidado de la piel y control de lunares

La exposición solar puede producir graves daños en la piel, como las quemaduras y las ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas, lunares y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de los años. Prevenir es la mejor manera de cuidar tu piel.

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El cuidado y control de los lunares es muy importante por la relación directa que tienen con el posible desarrollo de un Melanoma (Cáncer de piel). La exposición al sol sin protección es uno de los principales factores desencadenantes.

Los lunares pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo y aparecer desde el nacimiento o en distintas épocas de la vida. La mayoría comienzan a salir entre los 2 y 6 años de edad, y en la pubertad. Pueden ser planos o ligeramente elevados, marrón oscuro o negros. El tamaño es variable, pueden ser pequeños, medianos o muy grandes. Se calcula que el 95% de la gente tiene uno o más lunares. El promedio es de 11 lunares por persona.

Los signos de advertencia sobre la posibilidad de transformación maligna son: cuando se agrandan, se oscurecen, cambian de color, se ulceran, duelen o sangran.

¿Cómo controlar los lunares?

Observá tus lunares y manchas en forma periódica directamente o mediante espejos
• Mirá también las palmas, plantas, la boca, la zona genital, las axilas, etc.
Consultá a un dermatólogo ante cualquier cambio que notes en un lunar o en una mancha o ante heridas que no cicatrizan
Evitá las quemaduras de sol. La exposición solar, a través de las radiaciones ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo.

¿Cómo disfrutar del aire libre?

• No se exponga al sol entre las 10 y las 17 horas.
• Use protector solar FPS 15 como mínimo, incluso los días nublados, y aplíquelo 30 minutos antes de exponerse al sol. Los niños y bebés necesitan mayor protección.
• Protéjase con sombrero, ropa liviana y anteojos.
• Tenga en cuenta que exponerse en dosis pequeñas y frecuentes, broncea mejor que una exposición prolongada y aislada.
Busque la sombra de un árbol, techo o sombrilla.
• Recuerde que las nubes dejan pasar el sol, y que la arena, el agua y la nieve aumentan su acción.

¿Cómo protegerse del sol?

• Se recomienda el uso de protectores solares que impidan la agresión de los rayos ultravioletas. El factor de protección mínima es FPS 15. De acuerdo a su tipo de piel y antecedentes, su dermatólogo podrá indicarle el protector más adecuado.
• Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
• Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas, nuca y partes calvas de su cabeza.
• Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una sombrilla.
• Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben utilizarse en ellos filtros solares.
• La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y continuar toda la vida por los efectos acumulativos.


En caso de detectar cambios en la piel, se recomienda realizar un control dermatológico para la detección temprana de lesiones. Si tenés dudas sobre tu piel consultá a un Médico Dermatólogo en cualquier Hospital público de la Ciudad.