De la escuela técnica al Turismo Carretera: la historia de Tiziano, un estudiante que ya trabaja en el automovilismo profesional

«Las prácticas en el autódromo me dieron la chance de estar en modo carrera. Hoy ayudo en el armado y desarmado de los autos, con los neumáticos, las reparaciones, y voy aprendiendo un poco de todo. La verdad es que me siento feliz, con ganas de seguir aprendiendo: estoy viviendo un sueño», cuenta Tiziano.

Para poder sostener su jornada laboral, que implica turnos completos, Tiziano solicitó el pase al turno noche para finalizar la secundaria, una posibilidad que le permitió continuar su trayectoria educativa sin resignar la oportunidad laboral.

La historia de Tiziano refleja el impacto de la formación técnica y de las prácticas profesionalizantes como puente entre la escuela y el mundo del trabajo, y cómo una trayectoria educativa acompañada puede abrir oportunidades concretas de desarrollo personal y profesional.

Sobre las prácticas profesionalizantes
Las Prácticas Profesionalizantes forman parte de la formación obligatoria de los estudiantes de escuelas secundarias técnicas de la Ciudad y se desarrollan durante el último año de cursada. Son experiencias educativas en entornos laborales reales —empresas, industrias, organismos públicos o proyectos institucionales— que permiten aplicar los saberes aprendidos en la escuela, desarrollar habilidades específicas de cada especialidad y fortalecer la inserción en el mundo del trabajo. En la Ciudad, estas prácticas se impulsan desde 2016 como parte de la política educativa que articula educación técnica, producción y empleo, y que busca acompañar trayectorias formativas con oportunidades concretas de desarrollo profesional.