El 27 de septiembre se conmemora el Día Nacional de la Conciencia Ambiental en Argentina, una fecha clave para reflexionar sobre la importancia de proteger y preservar nuestro entorno natural.
La conciencia ambiental implica comprender qué entendemos por entorno natural o ambiente, identificar los problemas que lo afectan y conocer las acciones que podemos tomar para mejorar o solucionar esas situaciones. En la Ciudad de Buenos Aires, el arbolado urbano juega un rol fundamental en esta tarea, contribuyendo a mejorar la calidad ambiental y la vida de todos los habitantes.
Los árboles de nuestra Ciudad actúan como aliados en el control de la contaminación, ya que absorben dióxido de carbono, filtran el aire y reducen el efecto de las islas de calor. Además, su presencia favorece la biodiversidad al proporcionar hábitats y alimento para aves e insectos que forman parte del ecosistema urbano.
Y, fundamentalmente, entre los beneficios del arbolado urbano, se encuentra el hecho de que ayudan a generar conciencia ecológica o ambiental. Al habitar un entorno tan urbanizado como la Ciudad de Buenos Aires, podemos olvidar que estamos viviendo en un ecosistema: en uno muy modificado, pero ecosistema al fin. Los árboles del bosque urbano y su fauna asociada son los recordatorios más notables de que somos parte de ese ecosistema, y también de que nuestras acciones van a estar teniendo un impacto en el mismo.