El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y el ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzon, inauguraron las reformas en el Espigón Plus Ultra, que había permanecido cerrado durante 12 años y ahora volverá a funcionar como la entrada principal a la Reserva Ecológica Costanera Sur.
En el acto participaron la Vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal, el director general de Espacios Verdes, Nicolás Quintana, la directora general de Regeneración Urbana, Clara Muzzio, y la directora de la Reserva Ecológica, María Inés Lopez Lo Celso.
"El reacondicionamiento del Espigón Plus Ultra como nueva entrada de la Reserva Ecológica significa la definitiva integración entre este espacio verde y la Costanera Sur como paseo. A su vez, en el lugar la fuente de las Nereidas se suma, consolidando un espacio público único y muy atractivo para todos los porteños", afirmó Cenzon hoy.
"Todos los fines de semana nos están visitando aquí alrededor de 30 mil personas y yo espero que pronto dupliquemos ese número. Para eso trabajamos y hacemos obras. Queremos que la gente tenga al espacio público como punto de encuentro para pasar buenos momentos en familia, sin miedo y en libertad", expresó Macri en el acto de reapertura.
La Dirección General de Espacios Verdes y la Dirección General de Regeneración Urbana trabajaron para poner en valor este paseo histórico, ubicado en la intersección de la avenida Achaval Rodríguez y la calle Padre M. L. Migone, justo frente a la estatua de Las Nereidas.
Con una inversión de más de un millón de pesos, el Plan de Recuperación del Espigón Plus Ultra solucionó los distintos problemas de seguridad, vinculados al deterioro estructural y a la intrusión, que llevaron a su cierre en el año 2002. Esta iniciativa fue presentada por la Dirección General de Espacios Verdes, que trabajó en forma conjunta con la Dirección General de Regeneración Urbana y con el MOA; este último fue el encargado de brindar el asesoramiento necesario para la restauración de la estatua de Ícaro, ubicada en el remate del Espigón.
El Plan de Recuperación
Se basó en 3 ejes centrales:
- Volver a hacer del Espigón un espacio de uso público, aprovechándolo como paseo y como ingreso peatonal a la Reserva Ecológica. Mientras estuvo cerrado, se ingresó al predio por las entradas ubicadas en las intersecciones de Migone y Achával Rodríguez (conocida como entrada Brasil) y de Sánchez de Thompson y Giralt (conocida como entrada Viamonte).
- Poner en valor el patrimonio histórico del lugar.
- Incorporar al Espigón dentro del conjunto turístico compuesto por la Costanera Sur y la Reserva Ecológica.
Algunos de los trabajos:
- Reparación del solado, con la colocación de nuevas baldosas, de las escaleras y de los bancos.
- Colocación de rejas perimetrales.
- Traslado de los tableros de iluminación desde la vereda de la avenida Achaval Rodríguez hacia el interior del paseo.
- Se pintaron las barandas.
- Reemplazo de luminarias, optando por farolas de bajo consumo para ahorrar más energía.
También se cortó el césped en la parte inferior del paseo y se realizaron distintos trabajos de parquización y limpieza, que fueron necesarios debido al crecimiento descontrolado de la vegetación y a los graffitis que se hicieron en las paredes:
- Se podaron las tipas de la arboleda de la parte superior del Espigón.
- Se construyeron nuevos canteros.
- Los graffitis de las paredes fueron limpiados con una hidrolavadora.
Por último, se restauró la estatua de Ícaro. Este monumento histórico también sufrió actos de vandalismo y fue pintado con varios graffitis. Por eso, se recurrió al MOA como organismo asesor para que supervise los trabajos de puesta en valor de la obra.
Un poco de historia
El Espigón fue construido en 1918, pero recibió su nombre diez años después, cuando se colocó en su remate una estatua de Ícaro. Esta obra fue esculpida en bronce por José Lorda, y conmemora la travesía del hidroavión Plus Ultra que, en 1926, partió desde Palos de la Frontera y llegó hasta Buenos Aires, en lo que fue el primer vuelo entre España y América.
Tanto la Costanera Sur como el Espigón se convirtieron en un paseo muy popular durante la primera mitad del siglo veinte. Este último cumplía la función de mirador al Río de la Plata, cuyas aguas llegaban hasta las escalinatas de la parte inferior de la construcción. Allí también estaban los vestuarios, donde los bañistas se cambiaban antes y después de nadar en el río. Pero, a partir de la década del 50, el deterioro en la calidad del agua llevó a que los porteños dejasen de bañarse en el río. Así, comenzó un gradual abandono del lugar.
La situación empeoró a partir de 1978, cuando empezaron a volcarse escombros en la ribera. Como resultado, las aguas del río perdieron terreno en manos de un relleno donde comenzó a crecer la vegetación. De esta manera, el Espigón dejó de estar en contacto con la costa y a su alrededor empezaron a crecer los primeros pastizales. Esta situación favoreció la posterior ocupación de los vestuarios, que fueron intrusados por distintas personas que se asentaron en el lugar.
Luego de relocalizar a las personas que ocuparon las instalaciones, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público comenzó con las obras de puesta en valor necesarias para revertir el deterioro del Espigón. Los problemas eran principalmente edilicios, consecuencia de años de abandono y de la intrusión.
Fotos: Andrés Pérez Moreno / MAyEP