Lunes 08 de Agosto de 2016

El Obelisco por dentro

En el marco de los festejos por sus 80 años, se realizaron trabajos de limpieza y pintura que ya están a la vista de las muchas personas que a diario visitan el emblemático monumento ubicado en el corazón de la Ciudad.

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El Obelisco cumple 80 años y para celebrarlo luce su mejor forma, en los 400 años de la Fundación de Buenos Aires. Por ese motivo, el Ministerio de Ambiente y Espacio Publico llevó adelante trabajos de limpieza y pintura que ya están a la vista de las muchas personas que a diario visitan el emblemático monumento.

Fue un trabajo minucioso, realizado en andamios móviles, que se dividió en limpieza y en pintura. En la etapa inicial hubo que utilizar una hidrolavadora para eliminar el resto de tiza y otros elementos orgánicos e inorgánicos. Además de la limpieza de musgos y líquenes y remoción de revoque flojo.

En la cúspide del Obelisco se pueden encontrar cuatro ventanas con persianas metálicas a las que se llega por una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos.

A la hora de pintarlo, se aplicaron varias manos hasta llegar a un espesor de 90 micrones (0,09 milímetros). ¿El color que se usó? El denominado “Piedra París”. Es una pintura al esmalte compuesta por un vehículo oleoso y un pigmento de purpurina dorada, en espesores similares al descrito, para los bajos relieves del escudo y letras.

Se aplicó una laca a modo de protección en las letras bajo relieve y se utilizaron 380 litros de pintura exterior.

“El Obelisco es un referente para los porteños y para los argentinos. Hace 80 años que lo construyeron y continúa convocando a los turistas a conocerlo y fotografiarse, por eso es importante que esté cuidado y mantenido", detalló Eduardo Macchiavelli, Ministro de Ambiente y Espacio Público.

Para la realización de la obra, el Ministerio de Ambiente y Espacio Publico firmó un convenio con la Cámara de Empresarios Pintores y de Restauraciones Afines de la República Argentina (CEPRARA).

Allá en el tiempo

La construcción del Obelisco, estuvo a cargo del arquitecto argentino Alberto Prebisch por el cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad. La obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese mismo año.

“El Obelisco es un referente para los porteños y para los argentinos," aseguró Eduardo Macchiavelli, Ministro de Ambiente y Espacio Público.

Ubicado en un punto neurálgico de la Ciudad, en el corazón de la Plaza de la República (donde cruzan las avenidas Corrientes y 9 de Julio), tiene una altura de 67,5 metros y para entrar tiene una sola puerta ubicada del lado oeste.

En su cúspide se pueden encontrar cuatro ventanas con persianas metálicas a las que se llega por una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos cada 8 metros y uno a 6 metros.

Su punta es roma, mide 40 cm y hay empotrada una caja de hierro que al parecer guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y un documento destinado a quien demuela el monumento.