Lunes 05 de Mayo de 2014

"El padre de la envidia es el demonio"

El Papa hizo una reflexión sobre la multiplicación de los panes y los peces y la lectura de los Hechos de los apóstoles en la que los discípulos de Jesús son flagelados por el Sanedrín. "El Señor habla con la fuerza del amor", dijo.

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El Papa Francisco reflexionó sobre la multiplicación de los panes y los peces y la lectura de los Hechos de los apóstoles en la que los discípulos de Jesús son flagelados por el Sanedrín. "El Señor no se preocupa de cuántos lo siguen, no se le pasa por la cabeza hacer un censo para ver si creció la Iglesia; Él habla, predica, ama, acompaña, camina con la gente, mansa y humilde, observó. Y habla con autoridad, es decir, "con la fuerza del amor".

Se refirió también a los "celos" de las autoridades religiosas de la época. "¡No toleraban que la gente fuera detrás de Jesús! ¡No lo toleraban! Tenían celos. Esta es una actitud fea. Y de los celos a la envida, y nosotros sabemos que el padre de la envidia es el demonio, por cuya envidia entró el mal en el mundo", subrayó el Santo Padre. De este modo añadió que "esta gente sabía bien quién era Jesús: ¡lo sabía! Esta gente era la misma que había pagado a la guardia para decir que los apóstoles habían robado el cuerpo de Jesús".

Y detalló: "Habían pagado para silenciar la verdad. Pero la gente es mala ¡verdaderamente! Porque cuando se paga para esconder la verdad, estamos ante una maldad muy grande. Y por esto la gente sabía quiénes eran estos. No los seguían, los toleraban porque tenían la autoridad: la autoridad del culto, la autoridad de la disciplina eclesiástica en ese tiempo, la autoridad en el pueblo y la gente los seguía. Jesús dice que les colocaban pesos que oprimían a los fieles y se los hacían cargar sobre las espaldas de la gente. Esta gente no tolera la mansedumbre de Jesús, no tolera la mansedumbre del Evangelio, no tolera el amor. Y paga por envidia, por odio”.

“Estos, con sus maniobras políticas, con sus maniobras eclesiásticas para continuar dominando al pueblo. Y así hacen venir a los apóstoles, después de que habla este hombre sabio, llaman a los apóstoles, los hacen azotar y les ordenan que no hablen en nombre de Jesús. Después los liberan. ‘Pero, algo tenemos que hacer: les damos una buena paliza y después a casa’. Injusto, pero lo hacen. Ellos eran los señores de las conciencias y se sentían con el poder de hacerlo. Señores de las conciencias. También hoy, en el mundo, hay muchos de estos”, agregó.

Fuente: Aica.