El Papa concluyó los ejercicios espirituales de Cuaresma, que realizó en la localidad de Ariccia, en las afueras de Roma, con los principales miembros de la Curia romana. Antes de despedirse de sus anfitriones, el pontífice agradeció al padre Bruno Secondín OFMCap., que ofició de predicador.
El Santo Padre dejó la residencia del Divino Maestro, donde transcurrió los últimos cinco días, tras celebrar la misa por los cristianos perseguidos en Siria, Irak y en otras partes del mundo.
El tema de los ejercicios fue “Servidores y profetas del Dios vivo”. Las meditaciones se basaron en una lectura pastoral del profeta Elías. Por ello, al terminar el encuentro, Francisco deseó que los asistentes “puedan salir de aquí con un pedacito del manto de Elías, en la mano y en el corazón”.
Lo dijo en referencia a una de las conferencias, titulada “Tomar el manto de Elías para convertirse en profetas de fraternidad”.
“En nombre de todos, y en el mío, quiero dar las gracias al padre Secondín por su trabajo entre nosotros. ¡No es fácil dar ejercicios para sacerdotes! Somos todos un poco complicados, pero se las ha arreglado para sembrar. Que el Señor haga crecer estas semillas que nos ha dado” dijo Francisco.
Durante cada jornada del retiro, los participantes rezaron laudes, oyeron meditaciones y participar de la celebración eucarística. Por la tarde tuvieron charlas y momentos de oración frente a Jesús eucarístico.
Las meditaciones comenzaron con una reflexión sobre el tema “Salir del propio pueblo”. Las otras disertaciones fueron “Caminos de autenticidad: las raíces de la fe y el coraje de decir no a la ambigüedad”, “Senderos de libertad: de los ídolos a la verdadera piedad", “Dejarse sorprender por Dios: el encuentro con un Dios que está en otra parte y el reconocimiento del pobre que nos evangeliza”, “Justicia e intercesión: testigos de justicia y solidaridad", y “Recoger el manto de Elías para convertirse en profetas de fraternidad".
Francisco partió a media mañana en un autobús, junto con los miembros de la Curia romana. Como lo hace semanalmente, este domingo rezará el Ángelus desde el balcón del palacio apostólico.
La semana de ejercicios espirituales durante la Cuaresma es una costumbre ya instalada en la agenda del Papa y de la Curia romana, pero Francisco introdujo la novedad de salir del entorno de trabajo para vivir este tiempo de meditación y oración de un modo más intenso.
Fuente: Aica
