Martes 22 de Octubre de 2013

En el nombre de Juan Pablo II

La Iglesia Católica festeja el inicio del pontificado del entonces papa Wojtyla, quien un 22 de octubre de 1978 dejó una frase célebre: "¡No tengan miedo! ¡Abran, abran de par en par las puertas a Cristo!" Francisco lo recordó con mucho afecto.

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Un 22 de octubre de 1978, Juan Pablo II iniciaba su pontificado, en un recordado encuentro en la Plaza de San Pedro, donde dejó una frase que pasó a la historia: "¡No tengan miedo! ¡Abran, abran de par en par las puertas a Cristo!"

A 35 años de aquel día, la Iglesia Católica conmemora la fiesta del Beato Juan Pablo II, como anunció Benedicto XVI en la celebración en la que beatificó al Papa Wojtyla el 1 de mayo de 2011.

El 22 de octubre de 1978 es la fecha en que el Papa polaco dio comienzo a su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Ese día el Papa dijo: "el nuevo Sucesor de Pedro en la Sede de Roma eleva hoy una oración fervorosa, humilde y confiada: ¡Oh Cristo, haz que yo me convierta en servidor, y lo sea, de tu única potestad! ¡Servidor de tu dulce potestad! ¡Servidor de tu potestad que no conoce ocaso! ¡Haz que yo sea un siervo! Más aún, siervo de tus siervos".

"Encomiendo a todos los que están presentes aquí y a sus seres queridos a la celestial intercesión del Beato Juan Pablo II, en el trigésimo quinto aniversario de su elección a la Cátedra de Pedro y los bendigo de corazón ¡Alabado sea Jesucristo!", dijo el Papa Francisco.

Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años. Uno de los cardenales creados por Juan Pablo II fue Jorge Mario Bergoglio – hoy Papa Francisco - como anunció en el Ángelus del 21 de enero de 2001, con el nombre de otros 32 purpurados. Cuatro años después, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Iglesia Argentina, celebraba la Santa Misa en memoria de Juan Pablo II, destacando la coherencia obediencial y trascendental de su corazón a la voluntad de Dios.

"Recordamos a un hombre coherente que una vez nos dijo que este siglo no necesita de maestros, necesita de testigos, y el coherente es un testigo. Un hombre que pone su carne en el asador y avala con su carne y con su vida entera, con su transparencia, aquello que predica".

En 2005, el Papa Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de ese año.

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Recordando a Juan Pablo II