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“Llévanos a arrepentirnos de nuestros pecados que te han crucificado y a mantener en nosotros un recuerdo vivo de tu rostro desfigurado, para no olvidar nunca el alto precio que has pagado para liberarnos”, rezó el Papa Francisco en la oración que pronunció al concluir el rezo del Vía Crucis en el Coliseo de Roma. El Papa escuchó en silencio las meditaciones de cada estación, que fueron escritas por monseñor Renato Corti, obispo emérito de Navora. La persecución religiosa o a causa de la injusticia, la familia, el sufrimiento, la explotación infantil fueron algunos de los temas meditados durante el Vía Crucis.
Miles de luces de las velas que sujetaban en sus manos los fieles alrededor del Coliseo de Roma iluminaban el Vía Crucis, que presidió el Santo Padre en esta noche del Viernes Santo. El tema sobre el que ha versado el Vía Crucis fue “La Cruz, cima luminosa del amor de Dios que nos protege. Llamados, también nosotros, a proteger por amor”.
La Cruz de Cristo no es una derrota: la Cruz es amor y misericordia.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 3, 2015
Para cargar la cruz a lo largo de las 14 estaciones hubo personas procedentes de Irak, Siria, Nigeria, Egipto, China, así como familias, enfermos, religiosas latinoamericanas de las Hijas de Nuestra Señora de la Piedad y del Instituto secular Virgen de la Anunciación. La cruz fue portada, estación por estación, desde dentro del histórico monumento romano hasta el Palatino, donde estaba el Santo Padre.

Foto: Aica