Hoy pensamos a los museos como espacios prolijos y ordenados temáticamente: por un lado los museos de historia, por otro los de arte y finalmente los de ciencias naturales. Sin embargo, esto no fue siempre así.
Entre el siglo XVI y XVIII aparecieron a lo largo de toda Europa los ‘gabinetes de curiosidades’ o los ‘cuartos de maravillas’. Estos espacios ーque podían ser públicos o privadosー eran muebles o habitaciones enteras dentro de las casas o palacios de grandes comerciantes y nobles dedicadas a exhibir cosas raras, nuevas y singulares. Generalmente estos gabinetes no tenían la organización a la que estamos acostumbrados actualmente. Su principal objetivo era mostrar piezas lo más curiosas posibles sin que importara demasiado la relación de los objetos entre sí. Piedras preciosas, pinturas, reliquias religiosas, animales o insectos, objetos arqueológicos, fósiles o maquinarias estaban todas juntas dentro de estas muestras.
El deseo de lo exótico era lo que movía al público a asistir a estos espacios. En este sentido, muchos de estos gabinetes presentaban objetos traídos de Asia y América, continentes pocos conocidos para los europeos del momento y cuya naturaleza llenaba de asombro a la gente. Sin embargo, podían exhibirse también piezas que hoy consideraríamos falsas pero que en esos tiempos eran la prueba de la existencia de un mundo maravilloso: colas de sirenas, huevos de dragón o plumas del ave fénix eran parte de esas colecciones. En el siglo XIX muchos de estos gabinetes fueron de a poco transformados en los actuales museos luego de depurar y reordenar estos objetos con los nuevos criterios científicos de la época.
Aquí buscamos mostrar a nuestros visitantes algunas de las piezas más llamativas de la colección del Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra. Esperamos que estas despierten en ustedes la misma curiosidad que nos llevó a nosotros a exhibirlas.
En La Noche de los Museos presentaremos la primera pieza de esta colección, seguí las pistas en nuestro Instagram para descubrir cúal es
