Jueves 07 de Junio de 2018

Historias detrás de las PyMEs - El Águila

¡Detrás de cada comercio hay una gran historia que merece ser contada! Acompáñanos a conocer la historia de María del Carmen una mujer emprendedora del barrio Floresta.

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Conocimos a María del Carmen, una mujer emprendedora del barrio Floresta, que hace más de 50 años, de la mano su padre y de su esposo puso en marcha su emprendimiento de Pastas Frescas “El Aguila”.

María del Carmen, hija de un matrimonio de inmigrantes Españoles, llega en 1955 al país con 18 años de edad; dejando atrás el campo, una casa grande y sus animales debido a la Guerra Civil que había vivido España, para comenzar una nueva vida en una habitación de uno de los “conventillos” del barrio Monserrat de la Ciudad de Buenos Aires. Un cambio radical para ella y toda su familia, pero al mismo tiempo un aliciente para superar la situación y salir adelante.

Sin pensarlo mucho más, a los 2 días de llegar al país, su padre le consiguió trabajo como costurera a máquina en una fábrica textil ubicada sobre la calle Moreno de Capital Federal. Pero no todo fue tan fácil para María del Carmen; Argentina tampoco estaba pasando su mejor momento político. Justo en junio de este mismo año se dio el derrocamiento del General Perón y el bombardeo a la Casa de Gobierno. Entre el estallido de bombas y el movimiento que se generó, María del Carmen recordó sus días durante la Guerra Civil en España y volvió a sentir miedo. Con el pasar de los días y gracias a la comunidad Española que se había instalado en Argentina por aquella época, pudo sentirse más cómoda, volver a sus raíces y superar esos días difíciles. Además, en este grupo personas conoció a Don Paulino Sorribas, su esposo y compañero de vida.

María del Carmen y Paulino iniciaron en el mundo emprendedor cuando decidieron poner un pequeño almacén en la calle camarones y terrero del barrio Paternal. Pero, unos años después, ya entrada la década de los 60's, deciden unirse al padre de María del Carmen aprovechando sus conocimientos en el oficio de las pastas frescas para meterse de lleno en ese negocio.

Después de mucho esfuerzo económico y motivados por sus ganas de progresar, logran mudarse a un local más grande y vistoso en la esquina de Bacacay y Segurola en el barrio Floresta. Una vez instalados en la zona, comenzaron a trabajar día a día en hacer de su negocio un emblema del barrio. Gracias al compromiso del matrimonio y de sus hijos han hecho de “El Águila” un lugar reconocido por los vecinos, no solo por la calidad de sus productos sino por la excelente atención que reciben en cada visita.