Con motivo de cumplirse 50 años del fallecimiento del gran cantor Ignacio Corsini, Ignacio Varchausky le rendirá homenaje en "Ayer Hoy Era Mañana" con un programa especial con importantes invitados. Participarán Lidia Borda, Alfredo Sáez, Juan Villarreal, Daniel Yaria y sus guitarras, Patricio Da Rocha y Claudio Bruna. Además, el programa contará con la presencia de Victoria Corsini, nieta directa de Don Ignacio, y del coleccionista Fabio Cernuda, una de las máximas autoridades en materia de discografías de tango.
Será una celebración del enorme y bellísimo legado de uno de los artistas más convocantes de su tiempo, voz fundamental del tango y el canto criollo, recordado por muchos por su extraordinaria versión del vals “La pulpera de Santa Lucía” de Blomberg y Maciel.
Acerca de Ignacio Corsini
Ignacio Corsini fue un artista muy especial, un tenor inspirado, cuya voz deliciosa dejó en el disco muchas piezas indispensables en la historia del tango y el canto criollo. Nacido en Italia (Troina, Sicilia) el 13 de febrero de 1891 y fallecido en Buenos Aires el 26 de julio de 1967, Corsini se inició como actor en el circo criollo de comienzos del siglo XX y desarrolló una importantísima carrera como cantor nacional. En las casi 650 grabaciones que dejó para los sellos Victor (poco más de 20 temas grabados en 1912) y Odeón (desde 1920 hasta su última grabación en 1946, tres años antes de su retiro) conviven clásicos del tango como “Caminito”, “Yira yira” o “Malevaje” junto a un exquisito repertorio criollo compuesto de tonadas, canciones, cifras, valses criollos, estilos y otros ritmos de moda. Si bien Carlos Gardel y Agustín Magaldi son hoy mucho mejor recordados, Corsini fue una figura central en los años ‘20 y ‘30, que conformó con aquellos una trilogía fundamental del canto popular. Si Gardel es considerado el “inventor” de la figura del cantor de tangos, y Magaldi es el cantor dramático por excelencia, debemos ubicar a Don Ignacio como la verdadera bisagra entre los payadores y los cantores nacionales. Su voz aguda, su fraseo liviano y la reincidencia sobre la temática campera nos remiten a los últimos trovadores, aquellos de la pampa que se convertía en urbe a fines de 1800. Entre los nombres más célebres de aquella escena payadoril de fin de siglo vale recordar a José Betinotti y Gabino Ezeiza. La aproximación de Corsini al repertorio es la de aquel que cuenta un cuento, o una fábula, un story teller capaz de grabar “La rodada” (1933) como si estuviese cantándosela a no más de cinco o seis atentos espectadores en el living de su casa. Corsini -bautizado en su momento como “El Caballero Cantor”- se apropia de cada historia más allá del género, por eso le creemos tangos como “Griseta” (1931), “Quién hubiera dicho” (1932) o “El adiós” (1938), y al escuchar la hermosa “Canción del carretero” (1931) o el vals “Esquinas porteñas” (1934) nos emocionamos hasta las lágrimas; su bellísima voz hipnotiza y su magia nos zambulle en el relato. Sus guitarristas Enrique Maciel, Armando Pagés y Rosendo Pesoa son considerados como el grupo de guitarras más importante de su época. A 50 años de su muerte, aún hoy Ignacio Corsini es considerado como uno de los cantores más importantes que haya dado el canto popular argentino.
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