El 21 de junio marca un momento crucial en el calendario para el hemisferio sur, ya que la llegada del solsticio de invierno da inicio a la estación más fría del año. Esta fecha también señala el comienzo de la época más intensa de poda, lo que representa una actividad importante para el cuidado del arbolado urbano.
Antes de dar comienzo a la poda invernal, hay un periodo en el que se detienen las tareas de poda, llamado veda otoñal. La veda comienza cuando los árboles caducifolios empiezan a perder sus hojas. Este momento es crucial, ya que la planta traslada nutrientes desde sus hojas a sus tallos y ramas, permitiendo su utilización en la próxima temporada de crecimiento.
Una vez que este proceso ha concluido y todas las hojas han caído, pueden iniciarse las actividades de poda invernal. Esta poda, al no haber material verde sobre el árbol, es más intensiva. En caso de ser necesario, es posible sustraer hasta un 30% de la estructura total del árbol y, gracias a los nutrientes almacenados durante el otoño, el árbol será capaz de recuperarse.