El COVID-19 movilizó, desde lo más profundo, la vocación solidaria que siempre existió en los vecinos de la Ciudad, pero que en este momento se vio incrementado para ayudar a quienes más lo necesitan.
Muchas personas dijeron presente para colaborar, desde sus posibilidades, en los diferentes programas que se organizaron desde la Ciudad para brindar asistencia durante la pandemia. Comprometidos desde el corazón, el poder de transformar de estos vecinos se multiplica.
Para hacer frente a la pandemia, desde el Gobierno de la Ciudad se coordinaron distintos programas: se dirigieron gran parte de los esfuerzos a organizar la recepción de pasajeros y recuperación de pacientes leves con COVID-19 en más de 30 hoteles porteños; se puso foco en el cuidado de los mayores y personas de grupos de riesgo, a través de la asistencia con voluntarios del programa Mayores Cuidados y con la campaña de vacunación antigripal; también, entendiendo la difícil situación que están atravesando algunas familias, se procuró la asistencia con bolsones de comida repartidos en los barrios populares de la Ciudad, entre otras iniciativas.
De esta manera, en el aniversario 440° de la Ciudad de Buenos Aires, que se celebra el 11 de junio, el Gobierno de la Ciudad rinde homenaje a quienes se sumaron a estos programas, revitalizando la figura del vecino participativo, transformando el miedo y la incertidumbre en unión, solidaridad y compromiso con las personas, y con el lugar donde viven.
En esa fecha además se conmemora el Día del Vecino, que fue instituido por Romeo Raffo Bontá, quien desde la Asociación Vecinal de Villa del Parque promovió el festejo de este día, evocando el aniversario de la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires. En el año 1959, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció el 11 de junio como Día del Vecino. Desde entonces es una jornada de alcance nacional. En 1990 esta efeméride cambió su nombre a “Día del Vecino Participativo”, para destacar el trabajo conjunto entre las organizaciones barriales, los vecinos y el Estado.
Gestión de hoteles
Quienes volvieron del extranjero, y pacientes leves que deben ser aislados, son hospedados ¨en los más de 30 hoteles que la Ciudad dispuso para tal fin. La gestión de estos hoteles está a cargo de equipos de servidores públicos, provenientes de diferentes áreas del GCBA que están a disposición del operativo de aislamiento en hoteles. A esos equipos se suman vecinos voluntarios que quieren colaborar en el operativo.
Para que la estadía de los hospedados resulte lo más cálida y amena posible, se procuró brindar una atención cercana y de contención de lunes a lunes, durante las 24hs. El compromiso de los voluntarios es muy valioso para poder llevar a cabo tareas de recepción, administración y logística.
A Inés el compromiso de sumar su granito de arena en medio de la pandemia dos días a la semana le ganó la pulseada al “quedarse en casa”. Por eso esta vecina del barrio de San Nicolás, de 25 años, se sumó a través de un grupo de amigos como voluntaria para ayudar en hoteles los lunes y sábados. Además de hacer trabajos administrativos, asiste a los huéspedes en lo que necesiten: desde enviarles una botella de agua hasta brindarle unas palabras amigas, a través del teléfono si alguno lo necesita. Ines destaca la oportunidad que tienen las personas que no son grupo de riesgo de hacer algo por el otro en los tiempos difíciles que se viven. Previo a la cuarentena, Inés fue voluntaria en un hogar de niños.
Vacunatorios
Se realizó la campaña de vacunación antigripal 2020 destinada a adultos mayores de 65 años y/o personas de grupos de riesgo que se atienden en forma gratuita. La misma se llevó a cabo entre abril y mayo, en 82 postas: escuelas, centros comunitarios, centros culturales y religiosos de la Ciudad. Se trató de una campaña récord, alcanzando más de 350 mil personas vacunadas.
El COVID trajo nuevos desafíos a la vida de todos. Fue el caso de Bárbara, de 30 años, que por medio de una amiga se sumó al voluntariado para ayudar en los vacunatorios y poniéndose al hombro la tarea, pasó a liderar la coordinación general de una sede en Recoleta. Bárbara destaca que fue una experiencia única que pudo compartir junto a sus conocidos, a quienes también sumó para participar.
Asistencia Alimentaria
Ante la situación de distanciamiento físico, en el marco de los cuidados personales y familiares, los más de 400 comedores que funcionan en la Ciudad, modificaron el servicio de comida por la entrega de bolsones con alimentos secos. Entendiendo la difícil situación que están atravesando algunas familias, el equipo de la Ciudad está presente todos los días, haciendo entrega de estos bolsones a las familias de los barrios populares de la Ciudad que más los necesitan.
Ariadna es líder de una comunidad de la Asociación Guías Argentinas (el femenino de la agrupación de Scouts) y decidió que esta situación era un momento en el que no podían dejar de estar presentes. Habló con todos los padres de las chicas que pertenecen a su grupo y los comprometió a colaborar, también hizo lo mismo con su propia familia. Gracias a su iniciativa y motivación, todos están colaborando en el armado de los bolsones que se reparten diariamente en barrios populares de la Ciudad.
Flota de voluntarios para logística
Es un grupo de vecinos que ponen sus autos y su tiempo para colaborar ante diferentes necesidades, al servicio de pedidos de vecinos que necesitan ser resueltos en menos de 24 hs. Así colaboran con adultos mayores, realizan entrega de materiales para diferentes acciones, traslado de voluntarios, entrega de alimentos y demás solicitudes que van surgiendo durante la emergencia por COVID-19.
Beatriz vive en Palermo y buscando la manera de colaborar en esta situación, se contactó con una persona que le comentó que se necesitaba voluntarios en la Ciudad, que tuvieran movilidad propia y así se sumó. Actualmente, se traslada en su auto haciendo compras, llevando recetas. Manifiesta que participar del programa le sirvió mucho para ver las cosas de otra manera.
Barrios populares
En Barrio 31 funcionan, todos los días de la semana, 10 Postas de Prevención Comunitaria, en donde se concientiza a los vecinos que se acercan, se les toman la temperatura y en caso de que alguien presente síntomas asociados a COVID-19 se pone en conocimiento a los equipos de Salud (para que le realicen el testeo) y al Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. Esto forma parte de la búsqueda activa de casos para evitar contagios.
Sebastián es tucumano, es diseñador y vive hace 6 años en la Ciudad de Buenos Aires. En la búsqueda de una manera de ayudar, se encontró con la posibilidad de asistir en la iniciativa de postas que está llevando adelante el GCBA en los Barrios Populares. Hace una semana que está yendo al Barrio 31 y siente que su visión cambió muchísimo y lo ayudó a sacarse muchos prejuicios.
Mayores Cuidados
El programa se creó para proteger a los adultos mayores, la población más vulnerable frente al coronavirus. Al momento, más de 39.000 vecinos voluntarios se anotaron para ayudar con distintas tareas como asistencia telefónica, compras en farmacias y comercios de proximidad y el paseo de mascotas, entre otras necesidades, durante el aislamiento preventivo y obligatorio.
Más de 15.000 adultos mayores se inscribieron para solicitar algún tipo de asistencia a través de la línea telefónica 147 de la Ciudad. Los vecinos que se suman como voluntarios se inscriben en la página del GCBA, a través de los diferentes canales de la Ciudad. Una vez inscrito, cada voluntario recibe un kit con información sobre sus tareas y funciones, una capacitación telefónica y un mail con el protocolo de cuidados para prevenir el coronavirus. A cada adulto mayor se le asigna un voluntario según necesidad de contención telefónica y/o asistencia logística, teniendo en cuenta para esta última, que ambos vivan cerca. Para garantizar la seguridad, el Gobierno verifica la identidad de los voluntarios, y además deben respetar pasos a seguir de verificación durante el primer contacto teléfonico con el adulto mayor.
En el medio de la pandemia, Néstor, vecino de Parque Avellaneda, forjó un vínculo con Sonia, a quien la ayuda sobre todo haciéndole llegar medicamentos. A veces con el tema de las recetas se les complica porque hay que encargarlos y demoran un día o dos en tenerlos. Así, para simplificar, Sonia se pone de acuerdo con la señora de la farmacia y Néstor pasa a retirar su pedido cuando está confirmado. Viven a tres cuadras de distancia, están en permanente contacto y gracias a la vocación del voluntario, Sonia puede contar con todo lo que necesita.
Por su lado, Christian, vecino del barrio de Belgrano, sintió que necesitaba sumar su ayuda cuando se enteró del programa Mayores Cuidados. Así fue como conoció a Claudia. Durante la semana él trabaja pero los fines de semana se pone de acuerdo con Claudia y la ayuda con las compras del supermercado y de la farmacia. Y así coordinan permanentemente la logística. Ahora la está ayudando con el pago de impuestos y hace unos días ella le pidió si podía conseguirle un técnico en computación porque tenía un problema con su PC, que gracias a la ayuda de Christian, pudo ser resuelto.
Estas son solo algunas de las historias de los miles de vecinos y vecinas de la Ciudad que cada día ponen su “milla extra” para mejorar la convivencia en el lugar donde viven.