Jueves 13 de Octubre de 2016

La historia de vida de la mamá que peleó contra el cáncer durante el embarazo

Será un Día de la Madre especial para Noemí Corso, a quien durante el embarazo le detectaron cáncer de cuello de útero. Fue sometida en el Hospital Penna a tres ciclos de quimioterapia y tras la cesárea le realizaron una cirugía radical oncológica. Tanto la mujer como Indira, que no padece ningún tipo de secuela de la enfermedad, evolucionan satisfactoriamente. Se dan 1,2 casos cada 10 mil embarazadas.

Compartir en Redes


El de hoy no será un Día de la Madre más para Noemí Corso, quien tiene 27 años y durante el transcurso del año pasado, cuando transitaba 4 meses y medio de embarazo, le diagnosticaron en la Maternidad Sardá cáncer de cuello de útero.

A partir de allí comenzó a atenderse en el Hospital Penna de la Ciudad de Buenos Aires, uno de los pocos lugares que atienden con un equipo multidisciplinario este tipo de casos, que se presentan muy inusualmente: 1,2 cada 10 mil embarazadas. Fue tratada en forma conjunta por el equipo de Obstetricia y Oncoginecología, a los que se sumaron psicólogos y sociólogos.

Ante la gravedad de la patología detectada, en forma consensuada con la paciente y su familia se le realizaron tres ciclos de quimioterapia neoadyuvante, con muy buena respuesta durante el embarazo: el tumor se redujo más del 50%.

A Noemí le detectaron cáncer de cuello de útero durante el embarazo. Le realizaron tres ciclos de quimioterapia.

Con esos resultados, el equipo médico programó una cesárea para el 7 de marzo de 2016, y allí nació Indira, tras 37 semanas de embarazo. Pesó 2,840 kilos y tras los estudios se comprobó que no padece ningún tipo de secuelas de la enfermedad de la madre. Ese mismo día, tras algunos análisis realizados a Noemí, se le efectuó una biopsia y luego la cirugía radical oncológica, con resultados satisfactorios. Hoy continúa con controles y lleva siete meses evolucionando de muy buena forma.

Noemí se aferró a la vida y hoy disfrutará de su día en familia, junto su marido, la pequeña Indira y su otra hija, Keyla.


“Nunca bajé los brazos”

Cuenta Noemí que cuando le detectaron el cáncer durante el embarazo se le cruzaron “un montón de emociones”, pero destaca que a pesar del cimbronazo que le representó la noticia “yo sabía que estaba con ella, que la tenía en mi panza, que se movía y eso me hacía no bajar los brazos. Era algo que me llenaba el alma”.

“Me dijeron si quería hacer quimioterapia o interrumpir el embarazo y yo acepté hacer la quimioterapia para reducir el tumor. En enero hice la primera sesión, fue muy fea. Me pusieron la medicación y me desmayé. Pensé que no iba a poder soportarla; después tuve en febrero la segunda sesión y me fue bien, la soporté. Ahí se me empezó a caer el pelo. Mi amiga me lo iba cortando cortito…un día estaba llorando…hasta que me desperté un día agarré la máquina y me rapé”, rememoró.

"Indira me llena el alma", dijo Noemí.

Uno de los médicos que la atendió, el Dr. Ernesto Castro, Oncoginecólogo, señaló que “habitualmente antes este tipo de patologías se definía muy simplemente: antes de las 24 semanas se interrumpía el embarazo y se trataba el cáncer; después de las 24 semanas se esperaba la evolución del embarazo cuando ya fuese viable y recién ahí se tomaba la decisión de sacar el chico y ver qué actitud se tomaba respecto al cáncer”.

"Se puso su enfermedad y su embarazo al hombro. Es una luchadora y una excelente persona”, afirmó el Dr. Castro, el Oncoginecólogo.

“Nosotros desde hace ya varios años lo que hemos visto es que el cáncer de cuello durante el embarazo es una patología que podemos llegar a tratarla, no siempre con el éxito que nosotros desearíamos, pero si por lo menos podemos disminuir la probabilidad de que se siga extendiéndose la enfermedad”, describió.

Castro resaltó “la capacidad de Noemí; entendió el caso, se puso su enfermedad y su embarazo al hombro y continuó bien. Es una luchadora y una excelente persona”.

Por su parte, el Obstetra que la atendió, Dr. Augusto Guerrero, afirmó que “tratar este caso fue un gran desafío, no son casos que se presenten frecuentemente. Plantearle a una embarazada en un momento tan feliz en la vida de una mujer, que debe realizar un tratamiento oncológico no es fácil, es chocante para cualquiera”.

“Lo que fue fundamental fue la paciente, tuvo una adhesión 100% al tratamiento y en eso radicó muchísimo los resultados que tuvimos tanto con la madre como con la nena”, destacó.

Noemí se aferró a la vida, tanto la suya como la de Indira. Y como remarca una y otra vez no bajó nunca los brazos: “No fue nada fácil, pero yo intenté seguir por ella, por mi otra hija, por mi mamá. Hay que seguir adelante, aferrarse a algo, hay que luchar”.

“Aprendí un montón de cosas en este tiempo, valoro más la vida. Antes ´volaba una mosca´ y te molestaba , ahora ya no discutís por nada, querés estar bien, sentís que los días pasan muy rápido y vos tenés quizás los minutos contados. Lo único que le pido a Dios es que me de vida por lo menos hasta verla crecer un poco más”, finalizó.

"Lo único que le pido a Dios es que me de vida por lo menos hasta verla crecer un poco más", señaló Noemí.