Viernes 02 de Febrero de 2024

Más nativas en la Ciudad: Incorporación del canelón en arbolado viario

Por sugerencia de la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado, se comenzará a implementar el uso de esta especie autóctona en veredas angostas a medianas con el objetivo de ir reemplazando gradualmente a dos especies exóticas como lo son el ligustro (Ligustrum lucidum) y la fotinia (Photinia fraseri)

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La incorporación de más especies autóctonas en el arbolado urbano favorece el equilibrio con el ecosistema local, ya que estas especies están adaptadas a las condiciones climáticas locales (por ejemplo, están adaptadas a vivir con el agua de lluvia), y a su vez sirven de alimento y refugio para la fauna local. 

La especie Myrsine laetevirens (comúnmente llamada “canelón”, “canelón San Antonio”, “Palo San Antonio” o en guaraní “kaapororó”) forma parte de la familia de las primuláceas, es nativa de América del sur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil). En nuestro país se lo puede encontrar en la provincia de Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe, y Tucumán. Pertenece a las ecorregiones del chaco seco, delta y selva de yungas, es decir, habita bosques de ribera y selvas del norte del país, hasta el delta del Paraná y la ribera platense

En la foto se observan varias veredas con árboles de la especie Myrsine laetevirens

Este árbol ornamental de hojas perennes que puede alcanzar los 8 metros de altura, se caracteriza por tener una copa esférica, ramas grises y rugosas, al igual que el tronco. Hojas color verde oscuro brillosas, alargadas y persistentes que pueden medir hasta 8 centímetros de largo. En cuanto a su floración, la misma se da en primavera, sus flores son pequeñas de color amarillo verdoso. Sus frutos son drupas pequeñas de color rojizo o negruzco cuando alcanza la madurez.

En cuanto a la interacción del canelón con la fauna, existen varias especies de aves que consumen sus frutos y los dispersan: Paloma picazuro (Patagioenas picazuro), Charata (Ortalis canicollis), Benteveo (Pitangus sukphuratus), frutero azul (Steohanophorus diadematus), Celestino común (Thraupis sayaca), zorzal chalchalero (Turdus amaurochalinus), zorzal sabia (Turdus leucomelas), zorzal colorado (Turdus rufiventrus). Por otro lado, existen aves que lo utilizan como nidificación como el choca común (Thamnophilus caerulescens).

Se observan tres imágenes. Una de vecinos regando unos canelones recién plantados, y otro de alineaciones de canelón en la ciudad.

La forma y el tipo de crecimiento de esta especie de árbol la hacen compatible con el arbolado para veredas angostas de la Ciudad, sumándose a esto su valor como árbol vernáculo. La incorporación de especies autóctonas, además de ofrecer beneficios ambientales como los ya mencionados, ofrecen beneficios sociales: fortalecen el sentido de pertenencia de los vecinos y promueve la valoración de la flora local.