Como parte de la experiencia y para poner en práctica sus conocimientos, diseñaron y pintaron murales en Fátima, Carrillo, Villa 20, Villa 21-24 y Los Piletones.
El mural de Fátima se realizó en Laguna y Somellera con jornadas participativas previas a la pintada donde los chicos que practican deporte en el barrio expresaron qué querían comunicar. ¿El resultado? Un “maxi mural” compuesto por dos murales de un total de 115 metros cuadrados que muestra a un chico jugando a la pelota, imagen que se impone ante la vista de todos los vecinos.
En el marco de la obra de refuncionalización del Lago Soldati en Los Piletones, el grupo de artistas diseñó murales en las paredes que rodean al piletón, con dibujos que exhiben las nuevas especies de aves que ahora se pueden encontrar en el espacio verde recuperado para el barrio. Fue un trabajo en conjunto con los niños que participan del los talleres de reciclado y animación, quienes dejaron volar su creatividad en un proceso participativo.
“En la Formación de Museo a Cielo Abierto trabajamos con la función profesional del muralista: no se trata solo de mezclar colores y pintar una pared, es cuidar el espacio, pensar cómo se interviene, cómo se trabaja con la gente del lugar. El arte es muy importante, tiene que ver con una cuestión de transformación cultural. Esto es el principio de algo mucho más grande: se armó un buen equipo y la idea es multiplicar todo esto que es una experiencia muy buena", Julián Zacarías, vecino de Lugano.
Además, como parte de la experiencia de Museo a Cielo Abierto, los participantes del curso realizaron un tour de arte urbano, en el cual recorrieron distintas obras de arte en las calles de Palermo y Colegiales. Allí aprendieron sobre códigos grafitteros, y sobre la historia que se esconde detrás de muchos murales de las calles de Buenos Aires.
