La escuela de perros de la Policía Metropolitana se encuentra dentro del predio del Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) y cuenta con 16 perros de distintas razas, que son cuidados y entrenados por un equipo de veterinarios.
El ISSP ofrece tres cursos para el personal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires: el primero es el de Guía de Canes Detectores de Explosivos, el segundo es el Guía de Canes Detectores de Narcóticos y el tercero es el de Guía de Canes de Seguridad. Todos los entrenadores encargados de brindar estos cursos se especializaron en Estados Unidos, Bolivia y Guatemala.
Una de las claves para el buen desempeño de los animales es la creación de un vínculo con los guías.
Cada entrenador tiene una relación especial y particular con el perro, que no solamente pasa por el cuidado del animal, sino que la excede.
El entrenamiento para los perros que trabajan en búsqueda y detección de narcóticos se hace por medio del juego. Los entrenadores usan una toalla embebida con ácido acético y clorhídrico. La misma se esconde y los perros deben buscarla, asimilando el olor. Una vez que la detectaron, se sientan marcando el lugar.
Los perros utilizados para la búsqueda de explosivos deben tener un temperamento tranquilo. Cada vez que el animal encuentra pólvora, se lo premia con alimento.
Otras de las especialidades en las que se prepara a los perros, es la de seguridad y tareas de patrullaje.
El animal puede responder a una persona individual o a una pareja de policías. Lo primero que se busca es crear un vínculo con el guía y recién luego se lo adiestra.
