Martes 04 de Julio de 2023

Román Vitali y una instalación cromática

El artista rosarino expone su obra site specific, en la que a través de piezas verticales y luces horizontales, hace referencia a la historia de nuestro edificio y explora los efectos lumínicos sobre el espacio. ¡Vení a verla!

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obra de roman vitali

 

Recordando la función original de nuestro edificio, el antiguo Palacio de la Luz, generador de energía eléctrica, el artista Román Vitali creó la instalación “Energía: Sinfonía para sistemas inútiles”, expuesta en el Foyer. La obra, site specific, se despliega sobre la pared formando un mural geométrico en el que intervienen cuentas de acrílicos dispuestas verticalmente en un juego con la iluminación horizontal y la luz natural que ingresa en la sala, y que otorga múltiples efectos sobre la materia. Además, la obra en su composición conforma una sinfonía cromática que sigue un ritmo secuencial matemático y que explora las relaciones entre sus partes y al mismo tiempo, dialoga con el espacio que la rodea.

 

¿Qué es “Energía: sinfonía para sistemas inútiles”?

 

Empecé a trabajar concretamente con el tema de la arquitectura del lugar, y específicamente, digamos, con el origen del edificio, que era una usina que generaba energía para ser utilizada. Ahí empecé a trabajar esta idea de tres sistemas que operen de una manera en simultáneo, y que va a depender del momento en que el espectador lo vea.

 

¿Cuáles son esos tres sistemas que mencionás?
 

Uno de los sistemas proviene del material con el que yo trabajo, que tiene que ver con estos tejidos con cuentas acrílicas. Es un material típico de la década del 60 y del 70, y tiene que ver también con una manualidad artesanal, muy doméstica y muy cercana a los hogares de esa época, una manualidad típica donde, generalmente, se hacían diferentes tipos de objetos: animalitos, carteras, bijouterie u objetos hasta utilitarios. Yo retomo ese material, y retomo esa técnica, y empiezo a trabajarla llevándola a un campo más escultórico, porque además están colocadas sobre láminas de oro. Son las líneas verticales. Por otro lado, hay líneas horizontales dentro del sistema, que son las que dan la luz concreta. Esas líneas horizontales arman una secuencia diferente a las verticales, operan con luz propia. Los tejidos funcionan con luz cuando están iluminados, depende cómo le de la luz, se activan. En el caso de las líneas horizontales no. Son líneas de neón. Por último, el tercer sistema, que es la luz natural que se proyecta sobre el espacio dependiendo la hora y el momento en que se lo ve.

 

¿Cómo se relacionan los sistemas entre sí?
 

La obra está pensada como si fuese una sinfonía en cuatro actos, donde cada superficie genera un acto. Porque la obra tiene que ver con la música, tiene que ver con el ritmo, tiene que ver con la respiración, tiene que ver con asanas de ciertas prácticas de yoga…

 

¿Por qué son inútiles?
 

Yo trabajo mucho con el concepto de la inutilidad de los sistemas. Por ejemplo, el sistema manual, la manualidad de un tejido. Es una gran pregunta del arte contemporáneo, ¿para qué sirve, cuál es el sentido? Siempre el arte estuvo cargado de muchos interrogantes que tienen que ver con una carga muy fuerte. El arte debía ser en función de una revolución, en función del conocimiento. A lo largo de los distintos momentos de la historia del arte, el arte cumplió con distintas funciones o sentidos. Bueno, me gusta operar también con eso, y muchas veces me gusta pensar que, en realidad, a veces hacemos muchas cosas que tienen que ver con ir cubriendo el aburrimiento y un hacer. También me gusta pensar la idea de que en la inutilidad hay una energía, que en algún momento, se pone en acto y funciona útilmente también.

 

Y en el encuentro con el espectador, ¿qué te imaginás que sucede con la obra? ¿Cuál es tu objetivo?
 

Yo trabajo en función del lugar y dispongo un dispositivo para que el otro, el espectador, cuando se lo encuentre pueda hacer algo con eso. Algo que puede ser del orden de lo visual, algo que pueda decir “uy, mirá, me hace acordar a un aguayo”, o “me hace acordar a los ladrillitos”. Y si, los Rasti, los Legos me inspiraron mucho. Entonces, el espectador ubica un sentido en esos lugares, y en realidad, en algún punto, ese es el destino del arte: que lo encuentre, que no lo encuentre, que lo disfrute, que le guste, que no le guste.

 

¿Cómo fue pensado el uso del color?

 

En mi caso, el material lo que hace es predisponer una paleta de colores. Yo no puedo generar un color nuevo porque son los colores que tienen que ver con el pigmento con el que se hace este material, donde yo sí o sí tengo x cantidad de rojos, x cantidad de amarillos, es muy puntual. En función de eso, yo lo que empiezo a hacer son diálogos y conexiones, a veces incómodas e incorrectas y a veces no. Con lo cual, en algún punto empiezo a utilizar, dentro de lo que serían las combinaciones de colores, todas las operatorias típicas de los grandes teóricos del color, como puede ser Johannes Itten.

 

Hablaste un poco de lo espiritual, ¿Cómo lo podemos ver representado en la obra?

 

Toda mi obra es muy matemática, tiene que ver con los ritmos. Quizás este tipo de obra es la menos matemática, yo tengo otras piezas en donde son sistemas matemáticos en los que  sí o sí todo es contable. En este caso, tiene que ver justamente con ciertas imaginaciones o reformulaciones en torno a las respiraciones en yoga: Inhalación, retención, exhalación. Son juegos mentales que voy haciendo, pero a la vez reproducen también los típicos sweaters que nos tejieron nuestras abuelas cuando éramos chicos, donde se iba tejiendo con lo que había, donde los tiempos también tenían que ver con respiraciones en el tejido, con temporalidades y cantidades.



 

Román Vitali nació en Rosario en 1969. Estudió Psicología y Licenciatura en Bellas Artes. Realizó, en el año 1995/96, clínicas de obras con el artista Jorge Gumier Maier. En 1997/99 participa del programa de Becas para jóvenes artistas “Guillermo Kuitca” en el C. Cultural Borges. Bs. As. En 1999 obtiene el Subsidio a la creación artística de Fundación Antorchas, la beca a las artes plásticas del Fondo Nacional de las Artes y el premio Leonardo “Joven generación” otorgado por Museo Nacional de Bellas Artes. En el 2000, el premio Nacional en el Salón nacional de Rosario, Museo Castagnino, en 2001, el premio Bienal nacional de Bahía Blanca. MAC. y menciones en Cultural Chandon y Premio Banco Nación. Ha expuesto sus trabajos en Casa de América. Madrid, en Malba. Bs. As. Museo J. B. Castagnino. Rosario. MAC. Bahía Blanca, Centro Cultural Ricardo Rojas. Bs. As. C.C. Recoleta. Bs. As. Centro Cultural General San Martín, Bs. As. Museo La capital, Rosario, Fundación Osde, Bs. As. Museo histórico Julio Marc, Rosario, Centro cultural Kirchner, Buenos Aires, Galería Ruth Benzacar. Bs. As. Galería Fernando Pradilla. Madrid, Now contemporary Art, Miami, Galeria Moro, Chile, Galeria Diego Obligado, Rosario, entre otros.

Desde 1986 vive y trabaja en Rosario.

 

La obra se puede visitar de martes a domingos, de 11 a 20 h.