Pertenece a la familia de las Rhamnaceae. Nativo de Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina, es una especie exclusiva de la ecorregión chaco, donde forma parte del estrato arbóreo inferior de los bosques de quebracho blanco y quebracho colorado. Con varios nombres vulgares: en toba, naálaic, naalá; en wichi, ahayuc, ahayaj; en guaraní, juasy'y; en lengua maskoy, nausá.
Es un árbol corpulento, de 4 a 10 m altura, con fuste corto y tortuoso y copa globosa y compacta. Son características sus ramas zigzagueantes, gruesas, grises o castaño grisáceas, con espinas cónicas cortas, dispuestas de a pares en los nudos. Corteza fina y lisa, gris en los ejemplares jóvenes, se vuelve rugosa y castaño oscura a la madurez. Es común ver ejemplares con la parte inferior del fuste rugosa y la superior lisa. Follaje de hojas simples, caducas, alternas o fasciculadas, elípticas, algo amargas, de borde levemente aserrado, coriáceas, con tres notables nervaduras longitudinales, paralelas entre sí.
A comienzos de verano produce flores perfectas, completas, verde amarillentas, suavemente perfumadas, pequeñas, de 2 a 4 mm de diámetro. El fruto es una drupa globosa, rojo ladrillo, de alrededor de 1,5 cm diámetro, de pulpa pastosa y dulce y carozo castaño claro, duro, que encierra una semilla. Junto con el chañar y el algarrobo se utiliza para elaborar el patay. También se preparan arropes, y una golosina llamada “bolanchao” o “gualanchao”, un postre típico del Noroeste Argentino. Para su preparación se muelen los frutos frescos hasta lograr una pasta granulosa, se forman bollitos y se los rebosa en harina tostada de algarroba o en pan rallado y se los dora en horno caliente. Tostando y moliendo los frutos del mistol se obtiene un sucedáneo del café llamado “café de mistol” muy preciado por sus valores nutritivos y por su baja presencia de alcaloides. También con usos tintóreos y en la medicina popular. La corteza puede usarse como desengrasante. Las hojas y los frutos son buscados por las aves de muchas especies y de otros animales silvestres.
La madera del mistol es dura y pesada. Se usa en la construcción, se elaboran mangos de herramientas. En el folklore es una de las especies más mencionadas, como en los versos de Atahualpa Yupanqui:
CHACARERA DE LAS PIEDRAS
“Largo mis coplas al viento
por donde quiera que voy
soy árbol lleno de frutos
como plantita 'e mistol”
En el jardín puede conocerlo en el área de plantas medicinales y en la colección de Argentina.
