Diciembre 2016
Columnas de opinión del Procurador General
Balance en el Primer Año de Gestión
Llega un nuevo fin de año, con esa dinámica tan particular que nos impulsa y acelera para terminar las tareas propuestas, intentar resolver cuestiones pendientes y definir metas futuras. Es tiempo también de memoria y balance, de mirar en perspectiva lo que hicimos para corregir rumbos si es preciso, reflexionar sobre la adopción de nuevas decisiones y relanzarse con renovados bríos para concretar proyectos.
Estas tareas propias del mes que atravesamos aplican no tan solo a nuestras vidas individuales, sino también a todas las organizaciones, de cualquier tipo que sean. En nuestro caso entonces los invito en estas breves líneas a compartirlas reflexionando tanto sobre el país, nuestra querida ciudad de Buenos Aires, y sobre las actividades que realizamos en esta Procuracion General. Hace algo más de un año el pueblo argentino decidió en las urnas un cambio de gobierno que está transitando las primeras etapas de su gestión. Se ha logrado atravesar con éxito algunos importantes escollos coyunturales y se respira un mejor clima de diálogo institucional, así como también una mayor racionalidad y transparencia en la administración de los fondos públicos.
Por cierto subsisten todavía muchas dificultades y deficiencias estructurales que dada su magnitud no se solucionan con la inmediatez que la ansiedad nos reclama, pero cuyas soluciones llegarán a poco que sigamos transitando por la buena senda, con una actitud de esperanza responsable como lo hemos dicho en columnas anteriores.
En nuestra ciudad de Buenos Aires la ciudadanía no votó por el cambio sino por la continuidad de una gestión de gobierno que durante ocho años llevó adelante obras y mejoras que fueron valiosamente percibidas. En esta nueva etapa se están impulsando, y debemos todavía desarrollar más, múltiples iniciativas que implican profundizar los logros alcanzados, así como también llevar adelante otras que imponen los nuevos desafíos y necesidades, o que en el pasado resultaban de muy difícil casi realización, como por ejemplo la concreción de planes de urbanización e integración social en muchos asentamientos y barrios de la ciudad.
En esta Procuración General que con orgullo y alegría me toca encabezar desde hace un año, también partimos en el arranque con el beneficio de gestiones anteriores que dejaron su rico legado. Nos propusimos desde el inicio poner nuevos ladrillos sobre los anteriores, y así hemos podido avanzar con mucho entusiasmo concretando algunos logros, aunque por cierto nos quedan todavía muchos por cumplir.
Definimos ocho objetivos ministeriales, con metas operativas y cerca de setenta proyectos de gestión, con sus acciones concretas y tiempos esperados de realización. Queremos brindar un servicio legal de excelencia, y estamos convencidos que la mejor manera de cumplir acabadamente el rol de control que la Constitución nos encomienda es a través de una gestión eficiente, con pautas e indicadores que nos permitan saber en todo momento la calidad de nuestro trabajo y la necesidad de efectuar los cambios y ajustes que correspondan.
Por otro lado nos proponemos mejorar nuestro ambiente de trabajo, haciendo de la cordialidad un valor vivo y encarnado en nuestras relaciones interpersonales. Además de signos y actitudes en nuestra diaria convivencia, tuvimos tres eventos novedosos que seguramente constituyen un paso decidido en esa dirección como el encuentro de camaradería con nuestras familias, el pasado 25 de mayo, el acto de homenaje de principio de octubre a quienes nos precedieron en la tarea por su jubilación o retiro anticipado aunque los sigamos por supuesto considerando de la Casa, y la tan animada fiesta de Fin de Año del pasado viernes que convocó a una gran numero de asistentes.
No puedo terminar estas líneas sin antes expresar un recuerdo y un ferviente deseo. Celebramos ayer el día de la Procuración General, considerando que fue el 18 de diciembre de 1857 cuando el Dr. Manuel Bonifacio Gallardo asumió como primer Asesor Legal de la entonces Municipalidad de Buenos Aires. Está claro que somos parte de un Órgano de gran relevancia, no solo por las misiones que la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires nos impone sino también porque el mismo hunde sus raíces en una rica y frondosa historia.
Finalmente, ante la proximidad de las Fiestas, solo me queda desearles a todos que tengan junto a sus familias y seres queridos una feliz y santa Navidad, y también un muy feliz inicio del 2017. Y que nos propongamos cada uno el deseo de ser mejores personas y de procurar siempre hacer el Bien. Ello nos servirá tanto para enriquecer nuestra vida personal y familiar, como también nuestro destino colectivo como país, en nuestra Ciudad y para la Procuración General. Los saludo con mi más cordial afecto.