En 1854 el gobierno nacional resuelve aportar una solución al problema de la locura, creando en la ciudad de Buenos Aires el primer hospital psiquiátrico del país. Ese año, mientras paisajistas y arquitectos son convocados para proyectar el futuro hospital, se inaugura el Patio de Dementes en forma provisoria.
En la época de la colonia, la asistencia a los alienados se realizaba según la clase social del mismo. Si pertenecía a una familia con fortuna se los recluía en su propia vivienda, en habitaciones especiales, si eran blancos con poca fortuna en la celda de los conventos y si eran negros en la cárceles del Cabildo. Los alienados tranquilos, que no eran peligrosos, se dedicaban a la mendicidad.
Durante el Virreinato de Vertiz se crea una residencia que se llamo Hospicio de Mendigos.
Órdenes y hermandades hospitalarias, entre ellos la de los frailes Betlemitas, trataron y lograron ubicar dentro de la ciudad espacios para la tan problemática contención de la locura.
En los tiempos de Rivadavia se comenzó a pensar en un proyecto de dos hospicios que se concretó sólo después de Caseros.
En el año 1854 se crea este hospital, por decreto de la Sociedad de Beneficencia, que toma a su cargo la organización y administración de los distintos nosocomios existentes en la época, siendo la Sra. Tomasa Veléz Sarsfield la principal gestora de esta creación.
Pero fue necesaria la visión científica que le dio el Dr. Ventura Bosh quien elaboró un proyecto para un gran hospital tomando el modelo francés. Recién a fines de siglo se va terminando la construcción de los grandes pabellones.
Hoy, 17 hectáreas, admirablemente arboladas con distintas y añejas especies emergen en el corazón del barrio de Barracas, a pocos minutos del centro de la ciudad.
En 1880 pasó a depender del Gobierno Nacional y desde 1992 del Gobierno Autónomo de la Ciudad de BuenosAires.
El nombre del hospital fue colocado en homenaje a Braulio A. Moyano (1903-1959) brillante neuropatólogo y neuroanatomista argentino, nacido en San Luis, que dedicó su vida a la investigación y al trabajo dentro de las paredes de esta institución.
Es importante destacar que el Dr. Moyano fue discípulo de un investigador excepcional, el Dr. Christofredo Jakob (1866-1956), quién llegó desde su Alemania natal a principios del siglo para hacerse cargo del laboratorio de Anatomía Patológica de este hospital que fue modelo de investigación neurobiológica en toda América Latina.
La historia del hospital es un reflejo de la evolución de los conocimientos científicos y de las distintas escuelas en el tratamiento de la locura y también de los avatares del desarrollo económico y social del país. Por un lado las escuelas organicistas promueven a comienzo del siglo, el estudio concienzudo de las estructuras cerebrales en la búsqueda de las bases anatomopatológicas de la locura.
Son sus máximos exponentes en el hospital los ya citados Dres. Jakob y Moyano. Sus estudios, de trascendencia internacional, aportan importantes conocimientos de base pero no modificaron en nada la atención de los pacientes.
Hay que esperar los años 50 para que el advenimiento de la psicofarmacología, luego de iniciales resistencias, cambiara la cara del hospital al calmar con eficiencia los cuadros de excitación y reducir prontamente los delirios. Paralelamente, el surgimiento de las corrientes psicodinámicas permiten un enfoque más humano de la persona enferma, facilitando un acceso más integral a su tratamiento.
Por otro lado, en tanto y en cuanto la locura siempre ha estado asociada a la marginalidad y la indigencia, los vaivenes de la economía del país han ido variando las características del perfil de los pacientes, incrementándose los problemas sociales como motivo de internación en los momentos de crisis y disminuyen en los momentos de bonanza.
Actualmente, la atención del paciente psiquiátrico en el aspecto médico, psicológico y social, está a la altura de los conocimientos a nivel mundial.
El hospital en su lucha por asistir, proteger y rehabilitar a las personas con trastornos mentales ha logrado superar en los últimos años con la actuación dinámica y constante de los equipos interdisciplinarios, las externaciones a las internaciones. Al disminuir las internaciones se han incrementado las consultas externas logrando mantener al paciente inserto en la familia y en la sociedad.
Fuentes consultadas:
- "Experiencias comunitarias en el Hospital Moyano". Néstor F. Marchant
- "Tratado de Psiquiatría" Tomo I. Néstor F. Marchant - Alberto Monchablon Espinoza