Más allá de los senderos, escondidas entre la vegetación, unas 307 especies de aves construyen sus nidos. Están aquellas más pequeñas y discretas, como el benteveo, el chingolo y el barillero; otras, más grandes e imponentes, como el carancho, el chimango, el chajá y el gavilán. Entre las más graciosas y elegantes, aparecen los carpinteros, los cutiris y los cisnes.
Los roedores como el coipo, el cuis y el ratón se refugian entre las marañas de raíces. De vez en cuando, se los escucha escabullirse entre las cortaderas e, incluso, se los puede ver atravesar a toda velocidad el sendero, escondiéndose de nosotros o de alguno de los gatos que también viven en la Reserva. Junto a los felinos y roedores, también están las especies que resultan más exóticas para los habitantes de la gran ciudad: la zarigüeya, el murciélago y hasta el lobo marino peletero, forman parte de las 18 especies de mamíferos que habitan en este espacio.
También hay reptiles; 28 son las especies que se calcula habitan en la Reserva. Tortugas de laguna, tortugas de cuello largo y tortugas pintadas se desplazan lentamente entre los juncos, aunque también hay lagartos y víboras.
Por supuesto, peces y anfibios encuentran su lugar en las lagunas y bañados próximos al Río de la Plata. Son 22 las especies de peces, que van desde la mojarra hasta el dorado y 12 las especies de anfibios, con distintos tipos de ranas y sapos. Pero donde hay mayor variedad es en las 644 especies de artrópodos que pasan desapercibidos para gran parte de los visitantes.