Tiene 500 m2 y un sendero interior que permite recorrerlo. Los jardines para polinizadores sirven para aumentar la disponibilidad de alimentos para multitud de seres vivos, desde pequeñas abejas, hasta picaflores, pasando por escarabajos, mariposas o chinches.
La presencia de estos animales atrae además a otros, algunos predadores, otros parásitos, creando una red de complejas relaciones donde lo que aflora es un escenario muy accesible para el aprendizaje y la valoración de la naturaleza. En este jardín podemos descubrir que no solo existe un tipo de abeja (la Abeja europea, Apis melifera), sino muchísimas especies nativas de pequeñas y grandes abejas que desconocíamos. También podemos observar a la Mariposa borde oro (Battus polydamas) o a la Monarca del sur (Danaus erippus) poniendo sus huevos en sus plantas hospederas, y a más de 40 especies de mariposas que se acercan a las flores buscando néctar, junto a escarabajos, avispas y otros insectos y aves.
Para diseñarlo se utilizaron especies de plantas nativas como Salvia uliginosa, Baccharis glutinosa, Grindellia pulchella, Chromolaena laevigata, Aristolochia fimbriata, Achyrocline satureioides, Verbena bonariensis, entre otras.